domingo, 22 de enero de 2023

Las importaciones europeas de gas de EEUU procedente del 'fracking' se disparan un 148% durante el último año

Las importaciones europeas de gas de EEUU procedente del 'fracking' se disparan un 148% durante el último año


Las importaciones europeas de gas de EEUU procedente del 'fracking' se disparan un 148% durante el último año

Terminal de GNL

Edward Donnelly (Investigate Europe)

Es de noche en el oeste de Texas y las antorchas arden hasta donde alcanza la vista. Desde Big Spring a Balmorhea y hasta el sureste de Nuevo México, más de 4.500 pozos de fracturación hidráulica tapizan la provincia petrolífera más productiva del mundo y una de las principales fuentes de gas de lutita (también conocido como gas de esquisto). La perforación es desenfrenada en la Cuenca Pérmica, una región con el doble de superficie de Portugal y que produce el 22% del gas natural estadounidense destinado a los mercados nacional e internacional.

En Midland, la mayor ciudad de la región, todo habla del auge de la extracción: camionetas blancas, típicas de los trabajadores del petróleo y el gas, van y vienen y un cartel electrónico de un banco muestra el último precio del gas natural.


Estados Unidos es ahora una especie de paraíso para los intereses europeos en el fracking, después de que la mayoría de los países de la UE prohibieran esta controvertida práctica por motivos medioambientales.

500 kilómetros al este de Midland se encuentra "French Land". Arlington es el epicentro de perforación de la multinacional gala Total Energies, a través de su filial TEEP Barnett. La empresa, que explota más de 2.800 pozos y 200.000 concesiones mineras destinadas en su mayor parte al mercado estadounidense, afirma estar "comprometida con la seguridad" y "entusiasmada" por estar en la región. 

Sin embargo, Ranjana Bhandari, residente en la zona, afirma que el gigante energético francés es “el peor” de todos los perforadores locales. Una estación de compresión de gas se encuentra detrás de tiendas y de un ambulatorio, y los pozos de fracturación hidráulica están situados ceraca de colegios y viviendas. Uno de los 31 pozos de Arlington, propiedad de Total, recibió el apodo de “Rocking Horse” (“caballo balancín” en inglés) y está situado a menos de 100 metros de una guardería del mismo nombre. Según un estudio reciente de la Universidad de Yale, los niños que viven a menos de dos kilómetros de las instalaciones de fracturación hidráulica de Pensilvania corren un riesgo entre dos y tres veces mayor de padecer una de las principales formas de leucemia infantil.

Cuando Investigate Europe preguntó por las preocupaciones medioambientales y de seguridad, un portavoz de Total destacó que la empresa “tiene un sólido historial de operaciones seguras y limpias en Arlington. Nos enorgullecemos de ser pioneros en la industria en lo que se refiere a seguridad e innovación para mejorar continuamente nuestra huella medioambiental y cumplir todos los requisitos locales y estatales de nuestro negocio”.

Bhandari, fundador de la asociación Liveable Arlington, no está tranquilo: “En 2018, 2020 y de nuevo en 2021 todas sus nuevas solicitudes en Arlington fueron para perforar cerca de guarderías. Me pregunto si también piensan en cómo impactará todo su fracking en la comunidad, en nuestros niños más pequeños”. El ayuntamiento aprobó recientemente la extracción de seis nuevos pozos por parte de Total sin celebrar una audiencia pública sobre los permisos.

Auge de las importaciones europeas

Sin embargo, estos temores parecen preocupar poco a Europa. El aumento vertiginoso de la demanda llevó a Europa a superar a Asia como principal mercado de importación de GNL estadounidense en 2021. En enero de 2022, el 44% del GNL que llegaba a Europa procedía de Estados Unidos. La escasez de suministro de gas natural, agravada por la reducción de las entregas de los gasoductos rusos, provocó un aumento de las compras en el "mercado al contado" de GNL durante el invierno de 2021-2022. Estos cargamentos tienen un coste muy elevado en comparación con el gas de gasoducto y contribuyeron en gran medida a la inflación impulsada por la energía en la UE.

Tras la invasión rusa de Ucrania, la Comisión Europea y EE.UU. anunciaron el 25 de marzo la creación de un Grupo de Trabajo sobre Seguridad Energética, que respaldó "volúmenes adicionales de gas natural licuado para el mercado de la UE de al menos 15.000 millones de metros cúbicos en 2022, con aumentos previstos en el futuro". Entre el 1 de marzo y el 31 de octubre, las importaciones comunitarias de GNL estadounidense aumentaron un 148% respecto al mismo periodo del año anterior.

Francia se ha convertido en el nuevo líder mundial de las importaciones estadounidenses de GNL, con 11.300 millones de metros cúbicos importados en 129 cargamentos en dicho periodo de ocho meses. Entre ellos, el Yiannis, con destino a Dunkerque, que fue el primer buque cisterna de GNL en salir de la terminal de Venture Global en Calcasieu Pass (Luisiana) el 1 de marzo.

"Por la noche, mi propiedad está iluminada como Las Vegas", dice John Allaire, residente en la zona, cuyos más de 300 acres de terreno costero están justo al lado de la terminal. "Literalmente, soy capaz de leer un libro aquí fuera algunas noches cuando se encienden por la noche". Desde marzo, los buques han salido de la terminal de Calcasieu hacia destinos europeos en Italia, España, Grecia, Croacia, Polonia, Reino Unido, Países Bajos y, más recientemente, Alemania.

En Brownsville (Texas), la huella de Francia es aún más clara. Financiado en parte por la entidad financiera Société Générale, con sede en París, el proyecto de la terminal de GNL de Río Grande pretende licuar y exportar gas natural de la Cuenca Pérmica y de Eagle Ford Shale. En mayo, la empresa matriz NextDecade firmó con el gigante gasista francés Engie un contrato de suministro y compra de 1,75 millones de toneladas anuales durante 15 años. El Gobierno francés, accionista del 23,6% de Engie, intervino en 2020 para bloquear un acuerdo similar con Rio Grande LNG, por motivos medioambientales. BNP Paribas se retiró como financiador en 2018 tras una protesta pública sobre las preocupaciones ambientales.

Una explosión en junio en la terminal GNL de Freeport en Texas, que causó una bola de fuego de 137 metros y el cierre temporal de la planta, planteó preocupaciones de seguridad. Los activistas locales temen que la terminal pueda dañar el ecosistema costero circundante y se preocupan por los planes de respuesta y mitigación de emergencias.

Bill Berg, miembro del grupo Save RVG, afirma que "la idea de que debamos invertir en 30 años de GNL es una absoluta locura". Y añade: "El problema de construir nuevas infraestructuras es que no sólo van a industrializar el puerto, sino que también van a construir 48 kilómetros de gasoductos".

Francia se mantiene firme en su prohibición del fracking, acordada en 2011 y defendida de nuevo el pasado octubre por la ministra de Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher. En respuesta al apoyo del expresidente Nicolas Sarkozy a la investigación del fracking, la ministra declaró: "No comparto en absoluto su opinión porque el gas es un combustible fósil que contribuye al calentamiento global”.

Declaraciones de este tipo no se realizan en relación con los productos de fracking importados. Pannier-Runacher fue obligada en su día a abstenerse de las decisiones ministeriales relativas a Engie, dado que su exmarido es el presidente de Engie Global Markets. El presidente Emmanuel Macron también ha guardado silencio sobre el asunto de las principales importaciones de fracking de Francia. El Gobierno galo no respondió a las cuestiones planteadas por Investigate Europe.

Por su parte, un portavoz de Engie señaló: "La firma de este contrato, cuyas operaciones se espera que comiencen en 2026, es el resultado de largas discusiones con NextDecade, particularmente en términos de desempeño social y ambiental. NextDecade prevé, en particular, reducir en un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero en la terminal de licuefacción mediante el desarrollo de un proyecto de captura y almacenamiento de carbono".

Europa, ávida de contratos de GNL

El GNL fue en su día fuente de tensiones en Bruselas, con Estados de la UE como Polonia y Lituania presionando para conseguir nuevos proveedores de gas. Otros, entre ellos Alemania, redoblaron la apuesta por las importaciones por gasoducto rusas al respaldar el Nordstream 2. La Estrategia de Seguridad Energética de la UE, aprobada en 2014, dio lugar a la financiación de terminales de importación de GNL en Polonia, Chipre, Grecia y Lituania. Solo la terminal polaca de Świnoujście recibió 332 millones de euros en subvenciones de la UE.

Mientras muchos Estados miembros de la UE prohibían la fracturación hidráulica en su territorio por motivos medioambientales y geológicos, las empresas europeas consiguieron los primeros contratos de importación de GNL de gas de esquisto estadounidense.

La planta de GNL de Cheniere Energy en Sabine Pass (Luisiana) firmó sus primeros contratos con Gas Natural en 2011 y con Total en 2014. Las empresas españolas EndesaIberdrola, Gas Natural Fenosa (ahora Naturgy), la francesa EDF y la portuguesa EDP Energias firmaron la mayoría de los primeros acuerdos de compraventa a 20 años para la terminal de Corpus Christi de Cheniere en 2014. Cheniere, el mayor exportador de GNL de EE.UU., cotiza en bolsa y tiene entre sus accionistas a fondos como Vanguard, BlackRock y Fidelity.

El sector recibió un nuevo impulso bajo la Administración Trump, con empresas estadounidenses presionando fuertemente para entrar en el mercado europeo. Un acuerdo comercial entre la UE y Estados Unidos en 2018 reforzó la cooperación en ciernes. Un documento de la Comisión Europea de la época afirmaba que el acuerdo pretendía desarrollar "infraestructuras clave que faltan e inversiones en Europa para mejorar el acceso al GNL... para convertir a EE. UU. en el principal proveedor de gas a Europa". Ese mismo año, la polaca PGNiG firmó tres contratos de suministro y compra de GNL estadounidense.

Y desde entonces se ha registrado otra oleada de contratos. Empresas francesas, noruegas, alemanas, suizas y holandesas han firmado acuerdos de compra desde 2020, duplicando prácticamente la cantidad de compromisos anteriores. La mayoría de los contratos comienzan a mediados de esta década y se extenderán hasta la de los cuarenta.

La capacidad de exportación adicional podría consolidar el nuevo papel de Estados Unidos como segundo mayor proveedor de gas natural de Europa. En la actualidad, el GNL representa más del 43% del suministro de gas natural de la UE, y cerca de la mitad procede de EE.UU. Los gasoductos rusos, que antes representaban más del 40% de las importaciones europeas de gas natural, suponen ahora menos del 10%.

Alemania acelera los proyectos de GNL

Por primera vez, el mayor consumidor de gas natural de la UE también apuesta por el GNL. El 19 de mayo de 2022, el Bundestag aprobó una ley que autoriza la cofinanciación del Gobierno alemán para la terminal de importación de Brunsbüttel. La terminal será explotada por la energética alemana RWE y la empresa holandesa Gasunie. La nueva normativa también aprobó la construcción de otras terminales flotantes de importación en el norte de Alemania, incluida la cofinanciación de una terminal de Uniper en Wilhelmshaven.

Pronto siguieron una serie de contratos de suministro de GNL estadounidense. En junio, EnBW firmó un acuerdo de 1,5 millones de toneladas anuales con Venture Global para exportar desde dos nuevas terminales previstas en Luisiana. En octubre, el acuerdo se amplió a dos millones de toneladas anuales. Un portavoz de EnBW declaró a Investigate Europe: "El gas natural licuado desempeña un papel clave en la diversificación de nuestros combustibles para la generación de electricidad y calor. Abre la posibilidad de nuevas fuentes para asegurar el suministro de gas de Alemania en la actual fase de transición energética y tiende un puente hacia un suministro de energía verde". El acuerdo, de 20 años de duración, se extiende de 2026 a 2045, fecha prevista por el Gobierno alemán para la neutralidad de carbono.

Un contrato de suministro de Uniper de "gas natural de origen responsable" y un "acuerdo catarí" para recibir cargamentos de GNL de la terminal Golden Pass de Texas se suman a la fiebre alemana por el gas de esquisto estadounidense. Los últimos contratos de GNL en Alemania se produjeron en diciembre, cuando la empresa británica Ineos anunció un acuerdo de suministro de GNL de 1,4 millones de toneladas anuales durante 20 años desde Port Arthur (Texas) para abastecer la nueva terminal de Brunsbüttel, al norte de Hamburgo. La energética alemana RWE cerró su propio contrato de 15 años por 2,25 millones de toneladas anuales desde Port Arthur. RWE no respondió a las preguntas planteadas por los periodistas.

Elida Castillo, una residente del área de Corpus Christi que trabaja para el grupo ecologista Chispa Texas, viajó a Alemania en los veranos de 2021 y 2022 para unirse a las protestas contra los proyectos. "En ese momento estaban luchando contra tres terminales de importación propuestas y ahora este año están luchando contra alrededor de 12 terminales de importación", denuncia Castillo. "Sólo ver la cantidad creciente de terminales de importación y cómo Alemania está acelerando estos proyectos también fue alarmante".

Con la llegada del Maria Energy en la mañana del 3 de enero, Alemania dio la bienvenida a su primer barco cisterna de GNL estadounidense procedente de Calcasieu Pass, en Luisiana. Fue el primer gran buque que descargó GNL en la nueva terminal flotante de Wilhelmshaven, operada por Uniper, recientemente adquirida por el Gobierno alemán tras su quiebra.

"Esta primera entrega de GNL confirma nuestras peores expectativas: Uniper está dando la bienvenida al gas de fracking desde una de las terminales más peligrosas para el medio ambiente de Estados Unidos", critica Constantin Zerger, responsable de energía y clima del grupo ecologista alemán DUH. "Esto supone una grave amenaza para los objetivos medioambientales y climáticos a ambos lados del Atlántico", añade.

Emisiones fugitivas

El fracking se está produciendo a una escala sin precedentes en Estados Unidos, que extrajo la cifra récord de 850.000 millones de metros cúbicos de gas de esquisto en 2021. El auge del GNL siguió impulsando esta tendencia al alza en 2022, sobre todo en Texas. La ausencia de regulaciones más estrictas para las emisiones de metano, así como la escasa aplicación de las normas existentes, han alarmado a los críticos. Los análisis de la NASA estadounidense y de  la Agencia Espacial Europea apuntan a numerosos incidentes de fugas de metano por parte de varios "superemisores" en la Cuenca Pérmica. Estas "emisiones fugitivas" podrían anular la ventaja comparativa de quemar gas natural frente al carbón, que emite hasta un 50% más de dióxido de carbono durante la combustión para la misma producción eléctrica.

Los representantes del sector citan la mejora de la tecnología y un control más estricto como formas de reducir el impacto de las fugas de metano a lo largo de la cadena de suministro. Un portavoz de Engie declaró a Investigate Europe que los niveles de emisión de gases de efecto invernadero pueden variar en función del productor y de las infraestructuras de transporte y tratamiento existentes.

"Los proveedores estadounidenses ofrecen un alto nivel de transparencia sobre los datos de producción/operación en comparación con otros mercados", añadió el portavoz. "El acceso a estos datos es la base esencial para el enfoque de mejora continua en el que estamos trabajando con nuestros socios estadounidenses".

El portavoz de EnBW, por su parte, indicó: "Obligamos a nuestros socios comerciales directos y también a Venture Global a cumplir las normas de derechos humanos y medioambientales de acuerdo con estos principios de conducta mediante una cláusula de RSC [responsabilidad social corporativa] en el contrato".

EE.UU. y la UE defendieron la viabilidad medioambiental de la cadena de suministro de GNL mediante fracturación hidráulica en la COP27 celebrada en Egipto en noviembre, y añadieron que "redoblarían sus esfuerzos" para reducir las emisiones de metano relacionadas.

Un portavoz del Gobierno alemán reiteró su compromiso con la reducción de las emisiones de metano, haciendo referencia a su adhesión al Compromiso Global de Metano, un acuerdo de la COP26 liderado por EE.UU. y la UE para reducir los niveles de emisiones globales de 2020 en un 30% para 2030. El portavoz reconoció que la producción de GNL puede "contribuir al calentamiento global", pero afirmó que es necesario aumentar el suministro de gas durante el invierno.

"El Gobierno alemán está haciendo todo lo posible para garantizar la seguridad del suministro para el próximo invierno, especialmente de gas natural", añadió en un comunicado. "Esto incluye, en particular, suministros adicionales de GNL de varios países proveedores".

En el suroeste de Luisiana, el auge de las exportaciones a Europa y más allá continúa a buen ritmo. Aquí, las terminales de exportación de Sabine Pass, Cameron y Calcasieu Pass constituyen la mitad de las exportaciones de GNL del país. En esta región propensa a las catástrofes están previstas otras tres terminales de exportación, junto con las de Port Arthur y Golden Pass, al otro lado de la frontera con Texas. La zona costera se ha enfrentado a cuatro grandes huracanes en las dos últimas décadas, y el aumento del nivel del mar está contribuyendo a una importante pérdida de tierras costeras en el estado.

Para James Hiatt, antiguo trabajador de una refinería de Lake Charles que ahora aboga por la calidad medioambiental de la región, el proceso de fracturación hidráulica "no es mejor que el carbón". "Esta idea de que el GNL es una especie de combustible puente, o que es un puente hacia una transición, son más mentiras para encerrarnos en la dependencia fósil que ya ha causado esta catástrofe climática", afirma.

sábado, 17 de abril de 2021

2025 – Cuando el mundo abandona a Occidente por China… | GEAB

2025 – Cuando el mundo abandona a Occidente por China… | GEAB

2025 – Cuando el mundo abandona a Occidente por China…

En la guerra – trampa entre Estados Unidos y China, agudizada en los últimos años, la llegada de Biden a la Casa Blanca y su estrategia de movilizar un bando de «aliados» en torno a Estados Unidos para «contener» el poderío chino[1], los europeos podrían caer en la tentación de creer que el bando occidental ganará.

Esta sensación se ve reforzada por la cortina de humo, creada por un sistema de información centrado en EE. UU, que nos separa a los occidentales, no solo de China, sino del resto del mundo. Si observamos con más objetividad lo que ocurre en el otro-mundo, hay muchas razones para dudar de las posibilidades de ganar la guerra (comercial, ideológica, tecnológica o incluso militar) que Estados Unidos plantea a China, en respuesta a su (por el momento todavía) pacífico proyecto de codesarrollo.

No olvidemos que la tutela estratégica estadounidense sobre Europa es el resultado de nuestros errores del siglo XX. Hoy en día, Europa se encuentra en una relativa posición de fuerza y en condiciones de negociar su autonomía estratégica jugando hábilmente con la dualidad del actual poder mundial. Sería penoso que, por el contrario, nos viéramos obligados a elegir un bando, lo que nos llevaría a nuevos errores y a terminar en una situación de debilidad estratégica, esta vez en beneficio de… China.

En apoyo de esta advertencia, este artículo sostiene que a Estados Unidos le resultará muy difícil ganar la guerra contra China que propone a sus aliados

Desenchufando Estados Unidos de China

En los últimos 30 años, Estados Unidos se ha vuelto «adicto» a China sin efectos secundarios. Pero en los últimos 10 años, los efectos de la adicción han empezado a ser visibles y problemáticos. ¿Por qué? Sencillamente porque China, después de haber trabajado duro como propuso Deng Xiaoping, pretende construir una sociedad moderna y ver recompensados todos sus esfuerzos.

Esta nueva etapa de la estrategia china plantea un problema a Estados Unidos, que por fin se está dando cuenta de hasta qué punto su confort de vida estaba ligada a los esfuerzos chinos. Ante la perspectiva de que la producción china se oriente hacia su mercado interior, el incremento de la gama y del precio de la producción, el encarecimiento de la mano de obra china, el desvío de una parte importante de la energía en beneficio de sus clases medias emergentes, etc., el poder adquisitivo de una América infinitamente más pobre de lo que creía, podría no resistirlo.

Esta realidad se conoce desde hace unos quince años, dando lugar a diversas estrategias a ambos lados del Pacífico:

. China propone una transición suave que lleve a otras regiones del mundo a seguir la misma estrategia que ellos («desarrollo a toda costa»), invirtiendo en la infraestructura del desarrollo moderno en África y Asia, pero al hacerlo, está pisando los talones del poder occidental y aumentando la tensión sistémica;

. mientras tanto, Estados Unidos duda entre tres estrategias: desviar sus flujos de importación (Obama), reconstruir su autosuficiencia (Trump), bloquear la emergencia de China (Biden). En este vals de vacilación, por supuesto, está perdiendo un tiempo precioso.

EE.UU – China: visión general del equilibrio de poder

Empecemos por ver de cerca la comparación entre China y Estados Unidos, gracias a esta infografía de la excelente web VisualCapitalist.

Figura 1 – Las dos economías, Estados Unidos y China. Fuente: Visual Capitalist.

El dolor económico del divorcio de China

Estados Unidos está perdiendo un tiempo precioso y arrastrando a sus «aliados» a un doloroso caos estratégico. En cuanto a la UE, mientras que la crisis OTAN-Rusia de 2014 causó grandes pérdidas a la economía europea[2], ¿qué pasa con las sanciones contra las empresas estratégicas chinas? Como hemos visto, Europa:

. se encuentra en situación de escasez de semiconductores al lanzar su proyecto de digitalización[3].
. se arriesga a que su Parlamento rechace [4] el acuerdo global de inversión UE-China, que negoció desde una posición de fuerza, obteniendo todas las garantías que quería[5] ante una China deseosa de no enfadarse con Europa en vísperas del relevo democrático estadounidense (este acuerdo se realiza, en particular, para facilitar el acceso de los inversores europeos a China y equilibrar la balanza de inversiones UE-China[6]).

. podría ver detenidas las transferencias de tecnología debido a las tensiones nacionalistas[7].

.  corre el riesgo de ver ralentizado su programa de energías renovables si deja de poder adquirir paneles solares, tierras raras y componentes electrónicos chinos para los aerogeneradores[8].

. etc.

jueves, 11 de marzo de 2021

Artemisia Gentileschi, uma grande mulher e pintora barroca

Artemisia Gentileschi, uma grande mulher e pintora barroca – Culturalizando

Artemisia Gentileschi, uma grande mulher e pintora barroca

Artemísia é uma das artistas mulheres mais conhecidas do Barroco e do século XVI, ela figura entre grandes pintores como Caravaggio e Rembrandt. Sendo tida como uma artista muito mais talentosa do que esses dois homens do Barroco. A técnica artística de Artemísia é considerada como melhor do que o próprio Caravaggio. Como mulher ela sofreu uma tragédia marcante em sua vida.

Uma tragédia na vida de Artemísia

Artemisia Gentileschi nasceu no ano de 1593 na cidade de Roma, foi uma artista do movimento artístico do barroco. Artemisia é filha de um pintor da corrente conhecida como maneirismo, Orazio Gentileschi. A pintora é considerada uma das primeiras do movimento barroco e uma das mais talentosas desta geração. Como o ensino das técnicas de arte é negado às mulheres deste período, seu pai decide contratar um tutor particular, Agostino Tassi. Porém este suposto tutor se aproveitou e estuprou Artemisia, um fato que ficará marcado na sua arte e na sua vida pra sempre.

Artemisia fez um quadro onde ela decapita Tassi, o nome da pintura é Judith decapitando Holopherne.

Judith decapita Holofernes, Artemisia Gentileschi.

Artemisia acusou o seu agressor e teve que passar pelas técnicas de questionamento, que incluíam torturas horríveis, pela Inquisição. Tassi acabou sendo condenado e durante o julgamento foi descoberto que ele havia estuprado também a própria cunhada, apesar da condenação o estuprador nunca cumpriu sua pena. Artemísia pinta outros quadros mostrando sua fúria com o acontecimento, um deles é Salomé segurand a cabeça de São João Batista, uma obra em que ela se coloca como Salomé e Tassi como São João Batista.

Um ano depois do julgamento, Artemísia casa com o pintor Pietro Antonio Stiattesi, e o casal se muda para a Florença. Nesta cidade italiana, a artista consegue se tornar a pintora da corte e recebe o patrocínio da poderosa família Médici. Artemísia também conseguiu ser admitida na Accademia delle Arti del Disegno e fez amizade com diversos artistas e intelectuais da época, como Galileu Galilei, um frequentar dos círculos sociais dos Médici. Uma das obras de arte que Artemísia fez em Florença foi Judith e sua empregada segurando um cesto com a cabeça de Agostino Tassi.

Judith e sua empregada segurando a cabeça de Agostino Tassi num cesto. Artemísica Gentileschi.

Sucesso em Florença e sua volta à Roma

Michelangelo Buonarroti, o Jovem, sobrinho-neto do próprio Michelangelo, encomendou uma série de pinturas a diversos artistas para homenagear seu tio-avô e Artemísia Gentileschi foi uma das escolhidas para pintar o teto recém construída Casa Buonarroti. Como a nudez pintada pela artista escandalizou Buonarroti, ele mandou pintar roupas sobre a figura feita por Artemísia. O nome desta obra feita no teto é Alegoria da Inclinação que representa a habilidade criativa inata.

Alegoria da Inclinação, Artemísia Gentileschi.

Artemísia e seu marido começaram a ter problemas financeiros na cidade da Florença, além de uma crise no casamento devido a difícil convivência com Pietro Antonio Stiattesi, seu cônjuge. A artista volta pra Roma, mas separada de seu marido, e seu pai havia mudado de cidade. Em Roma Artemísia recebe diversas encomendas, porém o papa Urbano VIII e seu círculo de amigos acreditavam que uma mulher não tinha energia suficiente para pintar afrescos.

Então as encomendas feitas à artista são retratos e pinturas de alegorias bíblicas. Uma das obras mais famosas deste período em Roma é o Retrato de um Gonfaloneiro, que mostra os domínios de claro e escuro típicos do barroco.

Retrato de um Gonfaloneiro, Artemísia Gentileschi.

Outra das obras de Artemísia Gentileschi que demonstram como o estupro praticado por Agostino Tassi afetou a vida da artista e que ela ainda guardava uma enorme raiva contra o agressor e provavelmente porque Tassi nunca pagou por seu crime contra Artemísia, é pintura feita ainda na Florença chamada de Jael e Sisera.

Jael e Sisera, Artemísia Gentileschi

Baseado na história bíblica contida no livro dos Juízes nos versículos 4:11-22 e 5:24-31, onde Jael mata um general cananaeu. Nesta pintura novamente vemos Artemísia representada como Jael e Tassi como o general derrotado.

A pintora decide se mudar para Nápoles, onde acredita que terá maior sucesso como artista do que em outras cidades pela qual ela tinha passado. Artemísia Gentileschi se torna a artista favorita do Duque de Alacala e recebe diversas encomendas para pintar telas para uma catedral, entre elas O nascimento de São João Batista.

O nascimento de São João Batista, Artemísia Gentileschi.

O pai de Artemísia havia conseguido fazer parte do círculo social do rei Carlos I, como o pintor da corte. Então a artista vai para Londres a pedido do próprio rei que era um grande colecionador de arte. Sabe-se que Artemísia deixou o país logo após o começo da Guerra Civil Inglesa. Não existe muitos trabalhos com autoria confirmada da artista no período em Londres, além do seu autorretrato como alegoria feito nos anos de 1638-39 e exibido na galeria do rei.

Autorretrato como alegoria, Artemísia Gentileschi.

Artemísia morre entre os anos de 1654 e 1656 e deixa um grande legado como uma mulher forte e artista do barroco.

jueves, 15 de octubre de 2020

“Firmar con la punta del pito”, por Léonora Miano

“Firmar con la punta del pito”, por Léonora Miano : afribuku



El pasado 6 de octubre, la televisión francesa presentaba un doble documental titulado «Descolonizaciones, sangre y lágrimas», dirigido por Pascal Blanchard y David Korn-Brzoza, seguido de un debate televisivo con personalidades como el historiador Benjamin Stora, la filósofa Nadia Yala Kisukidi y las autoras Leïla Slimani y Léonora Miano. Una discusión ampliamente comentada en Francia y en los territorios francófonos de las ex-colonias, y que refleja las principales preocupaciones y urgencias del debate en torno a la colonización, empezando por la representatividad, la apropiación de la narración y la utilización de la historia para la construcción del futuro.
En este texto público que reproducimos aquí, la escritora camerunesa Léonora Miano desarrolla las implicaciones de este tipo de documentos visuales y de las reacciones a las críticas.
Autora invitada: Léonora Miano
El señor Pascal Blanchard explota de rabia. Me he atrevido a expresar algunas reservas respecto a su trabajo, como decir que estaría bien que otros se expresaran sobre la cuestión de la colonización y que ofrecieran una mirada diferente. Para realizar esta tarea no es necesario disponer de un pito. ¿No habrá llegado el momento de que se financie a mujeres para una labor así y que, además, al igual que su doméstica, estas mujeres tengan lazos subsaharianos consistentes? Con los mismos medios, defiendo que yo misma produciría obras más justas, más profundas, más útiles para la educación del fecundo mañana. Pero volvamos al sujeto enojado. Es aparecer una voz disonante en medio un concierto de alabanzas, y el amigo de los oprimidos toma al mundo por testigo de la afrenta. ¿Será por el simple hecho de que la crítica procede de entre las filas de ese público supuestamente cautivo, que debería hacer reverencias y dar las gracias? ¿No sería mejor tomarse el tiempo de reflexionar sobre el hecho de que, precisamente, la disonancia viene justo de esas filas? 
No, no me han gustado los documentales titulados «Décolonisations – Du sang et des larmes». Los he visto e incluso los he vuelto a ver, pues France 2 se los volvió a poner a los invitados participantes en el debate, tras su difusión. Una vez en el estudio, descubrimos que no sería posible hablar de las películas como habíamos pensado, que se limitarían a responder a las cuestiones previstas para cada uno de los invitados. Sin embargo, había cosas que decir, interrogantes serios por poner sobre la mesa. 
“Una vez más hemos tenido que vernos a través de la mirada del otro, hemos tenido que escuchar nuestras supuestas palabras con una con una voz extranjera”.
El simple hecho de meter a unos y a otros en un mismo cajón de sastre titulado “Descolonizaciones” es problemático de por sí. Pues anuncia los atajos que nunca faltan en obras de esta calaña y promueve la negación de las singularidades en lo que respecta a las diferentes trayectorias históricas, además de incidir en las historias francesas de los pueblos afectados. Tal vez los telespectadores de la Francia metropolitana no tengan nada que objetar. No obstante, France 2 también se difunde en África subsahariana, y estas películas se han visto en países que no disponen de archivos que permitan realizar producciones como estas. Esas imágenes de otros tiempos deberían además formar parte del patrimonio aún por restituir a los excolonizados, aunque sean copias y pertenezcan al ámbito de lo público, con el fin de que nadie saque provecho de las fotografías o de las películas realizadas en un contexto de dominación. Sea como fuere, estos archivos se encuentran por el momento fuera de nuestro alcance, por lo tanto, una vez más hemos tenido que vernos a través de la mirada del otro, hemos tenido que escuchar nuestras supuestas palabras con una con una voz extranjera.
A este respecto: ¿quién hablaba, a quién, desde qué lugar y con qué objetivo? Sin duda es útil mostrar lo mal que se empleó la fuerza, decir que se hizo derramar sangre, que se humilló, que se expolió, que se hizo todo lo posible por no perder el imperio. Pero ¿esto para quién novedoso? Además, la fórmula del tiro en grupo fracasa frente a ausencias tan numerosas. A menudo son los mismos que no se ven, no se mencionan. Y los discursos lisonjeros reconducen un silencio que habría sin embargo que cuestionar. ¿Por qué no se dice una sola palabra sobre los pueblos autóctonos de la Guayana francesa? Al principio de la intrusión europea en su territorio, se contabilizaba una treintena de tribus. A día de hoy, no quedan más que seis y Francia sigue sin abandonar el lugar. ¿Cuál es el sentido de la «descolonización» en este caso? ¿Cómo silenciar la historia de los kanaks cuyo país fue un asentamiento de los colonizadores, que constituyen el 40% de la población, aunque haría falta un milagro para que los independentistas vencieran? ¿Por qué no escuchamos nada sobre Comoras, Chad, República Centroafricana, Gabón, Mauritania y otros países? Nos gustaría saber quién decide la validez de estos relatos, de los participantes, y si eso se hace según criterios, entre otros, como su potencial espectacular.
«Debemos trabajar sobre esta cuestión con las nuevas generaciones, y así evitar que puedan sentirse abrumados por la ira o por la vergüenza».
Porque a lo que nos invita a menudo Pascal Blanchard, es al espectáculo de la degradación de los colonizados. Es con esto con lo que comercia, pornografía aguerrida de la deshumanización. El discurso que propaga desde hace bastantes años ocupa un lugar tal que contribuye a construir ontologías victimarias y a lo contrario de estas, siendo un arma de doble filo la forma en la que a veces se atribuyen las dos posturas. Parte de la izquierda podría ser objeto de este reproche, el de haberse agenciado una clientela de perdedores siempre obligada a recurrir a ella para defenderse y hacerse oír, los eternos hermanos pequeños que nunca llegarán alcanzar la edad de la emancipación, de la responsabilidad. Hace falta una asombrosa dosis de deshonestidad para pretender darle sentido a la elección de Francia por parte de los excolonizados, después de haber visto estas películas. En este sentido, la palabra hábilmente reconstruida de los intervinientes apenas deja entrever dos posibilidades: el síndrome de Estocolmo de la víctima seducida por su verdugo o la necedad de quien creyó poder ganarse la vida decentemente enrolándose en el ejército de quienes lo habían reducido al mismo nivel de sus cerdos. Las minorías francesas procedentes de la historia colonial pertenecen por lo tanto a estirpes de alienados. Esto es lo que dicen estas películas sobre un tema crucial en la Francia actual.
De nuevo hay que plantearse quién habla, a quién y con qué intención. Pues es difícil abrazar al prójimo, reconocer a quien tenemos delante como nuestro semejante, después de haber visto estas películas. Sobre todo cuando se es procedente de África subsahariana, el único territorio donde la descolonización está inacabada, al contrario de lo que anuncia el título de estos documentales. Se han derramado la sangre y las lágrimas de todos, pero las de la victoria, las de la libertad recobrada, aún están por llegar en el África subsahariana francófona. Y no será este tipo de relato de su historia lo que les ayudará a alcanzar este objetivo, pues los aprisiona en la derrota. Al condensar la complejidad de su experiencia en un cajón de sastre llamado “Descolonizaciones”, el director construye una ficción que, en caso de aprobarla, se equivocarían. Quien escribe la historia, quien lo hace en los términos elegidos por uno mismo –incluidos los testimonios que aparecen–, diseña t ambién las sendas del futuro. 
«De estas películas, y de otras, solo podremos destacar un único valor humano: que ninguna preocupación ética ha prevalecido en su realización».
Y así es, a pesar de que la cuestión del futuro no aparezca en estas películas. Esta elección ha sido realizada muy virilmente, deteniéndose únicamente en la sangre y en las lágrimas. Estas fueron absorbidas por unos y otros hasta vomitar. Son los ingredientes perfectos para alimentar el odio. Estas películas, en caso de ignorancia total, permiten aprender un par de cosas, quizás. Pero no cuentan cómo se vive con esto, cómo vivir con serenidad en un país como Francia, cómo no aniquilar a cualquier francés cuando se procede de África subsahariana. Con todo, debemos trabajar sobre esta cuestión con las nuevas generaciones, y así evitar que puedan sentirse abrumados por la ira o por la vergüenza. Esta tarea deberían llevarla a cabo personas capaces de hacer algo más que una parodia histórica, personas dominadas por otros principios diferentes de los resultados de caja, para hablar de lo que ocurrió y restablecer toda la complejidad y todos los aspectos sensibles. 
¿Cómo contar décadas de historia sin hablar de cultura, arte, espiritualidad, y todas las cosas que permitieron mantenerse en pie, reinventarse a pesar de las heridas, sonreír detrás de las lágrimas, deshacerse del odio? ¿Cómo se puede narrar esta historia en el año 2020, infravalorando las vivencias de las mujeres, la participación concreta de las subsaharianas en las luchas de todos los países afectados? De nuevo volvemos al problema del tiro de grupo, del apilamiento de los relatos, de los cuerpos, de la elección de quiénes tendrían la palabra para representar a todos los colonizados. Una vez más, esa construcción sosegada de jerarquías y con esa indiferenciación que vivimos cuando se trata de los negreros.
La manera de decir las cosas puede resultar ‘cosificante’, no se tiene suficiente cuidado con esto. Las prácticas discursivas construyen a menudo asignaciones. Por ello, es urgente que la palabra y los medios financieros sean ofrecidos a otros, que la historia no siempre esté firmada con la punta del pito, que los discursos provengan del Sur más a menudo.
Para los subsaharianos y los afrodescendientes, “Décolonisations – Du sang et des larmes” presenta claramente el fracaso, y sin necesidad mostrarlo. A cualquiera de nosostros nos basta con ver estas películas y, a continuación, observar la realidad política, económica, de nuestros países. Basta con que rememoremos el asesinato de alguien como Thomas Sankara, un día cualquiera de octubre de 1987, justo después de las supuestas «descolonizaciones». Nos retiramos ante este examen y a lo que nos obliga.
Nos complacemos en nuestro dolor, nos parece que está bien, por una vez, que esos franceses reconocen los horrores cometidos en nuestros países. Tenemos ganas de escuchar lo que viene después:  que lo digan, y con el tono que sea, no cambia nada. El acto de contrición no surte efecto alguno sobre la realidad geopolítica en concreto. Y pongo un solo ejemplo: estas películas no acelerarán la devolución por parte de Francia de las islas esparcidas alrededor de Madagascar, la cuestión ni siquiera se plantea. Los subsaharianos deberían preguntarse a quién beneficia la condición victimaria en la cual algunos se restriegan con deleite. Esta no puede favorecer a quienes, con las fuerzas reducidas al silencio, permanecerán como la clientela cautiva de los comerciantes para quienes la Historia es un espectáculo por supuesto sangriento, pero también muy lucrativo.
Pascal Blanchard es un hombre enfadado. Una descendiente de colonizados se ha atrevido a hacer algunas observaciones negativas sobre su trabajo, cuando más bien debería haberse resquebrajado con un “Gracias, Bwana, qué haríamos sin ti”, emocionarse con la confesión de los crímenes de la colonización en un horario de máxima audiencia. Su protesta en Twitter, firmada como sus películas, con la punta del órgano viril, me ataca de manera demasiado poco elegante como para que sea aquí citada. Pero voy a responder en pocas palabras: son ya numerosas las estrellas que decoran mi escudo, y se sumarán otras más. De estas películas, y de otras, solo podremos destacar un único valor humano: que ninguna preocupación ética ha prevalecido en su realización. Sin embargo, los subsaharianos y los afrodescendientes que en estos documentales reconocen apenas la derrota, tienen lecciones que aprender. No solo hay que apropiarse de la narración, sino que conviene terminar con la colonialidad en todas sus formas. 
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*Traducción: Alejandro De los Santos