miércoles, 11 de marzo de 2015

HOLI, LA FIESTA DE LA PIMAVERA

Hijo de Vecino | Un Diario de Viaje Espiritual



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Desde hace un tiempo los telediarios se llenan, por un día, de las sugestivas imágenes del festival de Holi, “la celebración más alocada” de la India como dicen algunos en la búsqueda de un eslogan atractivo. De todos los eslóganes, el más usado es el de “la fiesta de los colores” ya que la celebración es conocida porque los participantes se lanzan polvos de colores y agua coloreada en una actitud de juego y alegría. Todo este despliegue cromático es, en realidad, un símbolo de la llegada de la primavera con sus tonalidades de vida y, por tanto, el Holi es actualmente una mezcla de festividad religiosa, profana y conmemoración del ciclo natural de la estaciones.
En el hemisferio norte el equinoccio de primavera ocurre alrededor del 21 de Marzo, aunque como la fecha de Holi varía según el calendario lunar (cae en la luna llena del mes de Phalguna, o sea febrero-marzo) este año 2015 tocó el 6 de Marzo, un poco temprano. Por este motivo, en la ciudad sagrada de Varanasi, por ejemplo, Indica Books informaba que no hacía suficiente calor para jugar con agua, aunque eso no impediría que la vida normal de la ciudad se detuviera por un día para celebrar.
El gran valor de esta festividad, además de divertirse, es que por un día caen las barreras sociales, con todas las caras igual de pintarrajeadas, y “las enemistades y las tensiones se solucionan en un abrazo de amor”. Ni siquiera hace falta ser un hindú para celebrar el Holi, aunque su origen sea considerado religioso. Hay al menos tres relatos mitológicos que explican el nacimiento de Holi, de los cuales el más popular es el que dice que se conmemora el día en que el dios Viṣṇu (Vishnu) salvó a su joven devoto Prahlāda de morir quemado en una hoguera en un ardid de la mujer-demonioHolikā, que se suponía era inmune al fuego y, en realidad, fue ella quien se quemó por intervención Divina. Justamente esta historia y el nombre de la demonio dan nombre al festival que nos compete hoy. Y por ello también es tradición encender hogueras la noche previa a Holi.
Tradicionalmente esta celebración tiene mayor popularidad en el norte de la India, especialmente entre los devotos del Señor Kṛṣṇa (Krishna), y por eso la mayoría de imágenes que aparecen en los medios de comunicación son de templos o sitios de las ciudades de Vrindavan o Barsana (o Varsana), epicentro mundial del culto a Kṛṣṇa, donde el aspecto religioso de Holi realmente es tenido en cuenta y entonces el resultado visual es mucho más evocador para los interesados en “la India espiritual”.
De todos modos, en la actualidad Holi está difundido por todo el país y no solo eso, sino que todo alrededor del mundo hay celebraciones de Holi organizadas incluso por grupos de personas que no son indias, ni hindúes y que simplemente quieren participar en un evento tan divertido y colorido, sin ningún trasfondo religioso o espiritual. No me parece grave, excepto cuando esas reuniones son, en realidad, fiestas de puro exceso como cualquier otra rave pero con el toque distintivo de los colores. ¿Hay alguna diferencia entre eso y la “fiesta de la espuma” que se organizaba regularmente en la discoteca de mi pueblo?
Como siempre, yo abogo más por espiritualizar la vida cotidiana que por banalizar y consumir como producto cotidiano la tradición espiritual. De hecho en la mayoría de ciudades europeas, y por cuestiones climáticas, la fiesta de Holi es en abril o mayo, dejando atrás una relación directa con el origen del festival, excepto quizás con la idea de ser niños por un rato (que no está mal).
Acabo de ver el programa especial que grabó el sacerdote hindú Krishna Kripa Dasa (Juan Carlos Ramchandani) acerca de este Holi 2015 y como él lo explica muy bien y yo no estoy especialmente locuaz recomiendo ver y oír estos 10’ en que Ramchandani resume los detalles del festival de forma clara y muy entretenida, incluyendo una divertida anécdota personal.
Dejo, además, unas pocas imágenes muy atractivas para que no olvidemos nuestro lado infantil y alegre:
OM