comentarios de los libros perdidos y de sus rincones encantados donde se crian sin pausa, y perviven como criaturas intachables libres de la mezquindad y sus puercos dedos
A protagonista desta novela rebélase, e realiza unha revolución persoal que a levará a sufrir certas consecuencias que volverán cuestionar este suposto estado de dereito que habitamos.
A idea da violencia estrutural das sociedades modernas campa polas páxinas da novela ofrecendo un relato que aparenta ser de perdedores pero que, no fondo, do que nos fala e desa procura da independica e da liberdade
Nesta nova entrega de Alberte Momán fálase da terra de ninguén, un espazo de individualización, de emancipación fronte ao corpiño social e familiar que condiciona os actos da protagonista. Pero, ao mesmo tempo, fálase da terra queimada, de como ese mesmo elemento que a cingue e a constrinxe vai minando a súa capacidade para ser dona da propia existencia. A violencia estrutural é a peza sobre a que se alicerza a trama e que explica a evolución persoal da protagonista. Unha novela breve que expón a violencia das interaccións sociais, resumidas nas relacións entre Engènes e Mortimers que describira Cocteau no seu libro Le Potomak.
Terra Nullius (MEditora. 2020) é unha libro que se centra na violencia estrutural e a consecuencias desta no individuo que a padece. Trátase, ao mesmo tempo, dun libro sobre a soidade e o illamento como mecanismo reparador dunha relación hostil entre o mundo e o ser. Un personaxe principal que experimenta un proceso de individualización, concepto recollido das obras de Erich Fromm, para emanciparse do poder que exerce, inicialmente, a familia e, con posterioridade, o entorno social no que se desenvolve. Neste sentido, facendo referencia ás dúas partes nas que se divide o texto, pásase da Terra Nullius, Terra de Ninguén, (consecución de certa independencia) á Terra Queimada (a soidade e frustración vital consecuencia desa mesma individualización ou emancipación).
Todos estes conflitos son descritos cun minimalismo expresivo que os describe coa intención de universalizalos, evitando o sensacionalismo propio de escenas prolongadas artificialmente, que coutan a dimensión ampla das emocións descritas e que, ao final, non serían outra cousa máis que momentos dun anecdotario persoal. A modo de exemplo, o conflito intrafamiliar descríbese por medio dunha secuencia na que, desamparada e soa, a protagonista procura entre os contactos do seu teléfono unha persoa coa que falar, detense no número da súa nai e, despois dun tempo de reflexión, decide non pulsar o botón de chamada. Este é un dos instantes nos que se describe o conflito existente entre a protagonista e os seus proxenitores. Segundo transcorre o texto, vanse aportando máis detalles dese conflito, pero sen chegar nunca a desenvolvelo por completo. Aportar pouca información intencionadamente busca que sexa a persoa que se achega ao relato quen imaxine ou dea forma a ese conflito utilizando como base a súa propia experiencia.
Estamos diante dun texto incómodo, que busca na súa brevidade e no estilo dinámico alixeirar a lectura, procurando que quede sempre un pouso sobre o que volver co tempo, incitando á reflexión.
Para Rosi Orozco, presidenta de la organización mexicana Unidos contra la Trata, el coronavirus no cambiará el mundo, porque «en los últimos treinta y un años, el mundo se ha reiniciado, al menos, tres veces».
Rosi Orozco junto a Norma Bastida, una de las víctima de trata que, hoy, vive libre y feliz
Así, cree que, cuando cayó el muro de Berlín, «una parte del mundo se desgajó para siempre», y cuando las Torres Gemelas en Nueva York fueron derribadas, «el mundo que conocíamos también se hizo polvo».
Para esta luchadora incansable, a partir de entonces, el mundo ha rozado varias veces el botón de reinicio –la guerra en Irak, la crisis financiera del 2008, la primavera árabe– pero sin tocarlo definitivamente… hasta que el 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud «lo presionó con fuerza» al anunciar que la COVID-19 se había vuelto pandemia.
A partir de esa fecha, el consenso global que ha ido surgiendo es que un nuevo mundo surgirá en automático cuando el enemigo sea vencido, pero ella no lo cree. Está convencida de que el nuevo coronavirus «no cambiará algo».
Consciente de que los lectores puedan extrañarse de esta última afirmación, se explica de la siguiente manera: «La lucha del mundo contra la pandemia de COVID-19 se parece mucho a la pelea global contra otra pandemia, la trata de personas. Ambos son padecimientos que avanzan a gran velocidad en casi todos los países del mundo, cuestan miles de vidas al año, tienen un altísimo costo económico y no distinguen sexo, edad o estatus social de las víctimas. Al igual que el virus, los tratantes de personas se meten bajo la piel y mutan para sobrevivir. Pero si algo hemos aprendido quienes estamos en esas batallas es que, para ganarles, la clave está en reiniciar y empezar desde cero».
México y la trata de mujeres
En 2007, tras años de remedios a medias, México creó su primera ‘vacuna’ contra la pandemia de las niñas que eran enamoradas en sus pueblos y luego forzadas a prostituirse: la ‘cura’ se desarrolló en forma de primera ley contra la trata de personas en el país.
Sin embargo, las secuelas eran demasiado profundas. El ‘virus’ de la trata de personas había dejado a miles de mujeres damnificadas en el país. A algunas, incluso, las dejó en la calle, así que ese mismo año, en México se puso en marcha, desde cero, la Fundación Camino a Casa, el primer refugio para víctimas de este delito.
Dos años más tarde, la trata de personas había desarrollado resistencia a la primera ‘vacuna’. Pese a los esfuerzos, la epidemia seguía visible por todo el país: desde vecindades y bares, hasta hoteles de cinco estrellas y clubs de lujo, la explotación sexual se expandía enfermando principalmente a mujeres y niñas.
En ese momento, Rosi puso en marcha un nuevo proyecto coincidiendo con el año de otra grave crisis sanitaria: la de la influenza AH1N1 de 2009. Lo recuerda con la sonrisa permanente que la compaña siempre «pasé del activismo a mi primera y única experiencia como diputada. De pronto, yo era una novata legisladora al frente de trabajos para borrar la ley de 2005 y arrancar una cuenta nueva con la actual ley general contra la trata de personas».
Con aquel esfuerzo, que califica de gigantesco, y gracias a la unanimidad de quienes integraban la legislatura, reiniciaron la lucha con un tratamiento agresivo frente a la ‘enfermedad’, porque «logramos cerrar más giros negros [clubes de alterne] que nunca, alcanzamos una cifra récord de personas detenidas y obtuvimos un número histórico de sentencias condenatorias».
Sin embargo, asegura que los mejores resultados de la nueva estrategia serían la inédita cantidad de víctimas a las que pudieron aliviar de los terribles dolores de la explotación humana.
Liberadas, ¡por fin!
Ya en 2016, la primera línea de batalla contra el ‘virus’ de la trata de personas había crecido. En la comisión Unidos contra la Trata presionaron el botón de reinicio y dieron paso a una nueva generación: las ‘dadas de alta’ de la prostitución forzada comenzaron a ayudar a otras mujeres. Aquel año, la revista Forbes dio un giro histórico y reconoció a cinco supervivientes –Karla de la Cuesta, Karla Jacinto, Madaí, Neli y Pamela– como parte de las cien mujeres más poderosas de México.
Un año después, nuevamente partiendo desde cero para no darle tregua a la ‘infección’, como la denomina Rosi, levantaron el primer refugio exclusivo para varones víctimas de trata de personas. Y gracias a esa experiencia, este año 2020, a pesar del coronavirus, van a poner en marcha otro proyecto inédito, pues fundarán la Red Nacional de Refugios, con treinta y dos viviendas para víctimas de trata de personas en todos los Estados de México.
Pero para sacar adelante un proyecto así, como todos los anteriores, necesitan de la colectividad. En eso también se parece la lucha contra la COVID-19 a la batalla contra la trata de personas, asegura, porque «a ninguna pandemia se le gana con esfuerzos individuales; solo un ejército de aliados puede triunfar en una batalla de estas dimensiones».
Y hasta el momento, Rosi y su equipo la han ganado gracias a la aportación solidaria de muchos empresarios que cada año donan generosamente «para vacunarnos contra este ‘virus’». No obstante, la pandemia amenaza su esfuerzo, pues salvar los negocios y a sus trabajadores es la máxima prioridad de los industriales. Pero lo que el nuevo coronavirus, dice, «no sabe es que nosotros somos veteranos en esta batalla y que tenemos los mejores anticuerpos: la solidaridad de la sociedad mexicana».
Hoy, la esperanza de Unidos Contra la Trata, y la de miles de activistas contra la explotación humana alrededor del mundo, está puesta en las pequeñas aportaciones de los ciudadanos de a pie, en lugar de las grandes y generosas donaciones de los empresarios.
Por eso, asiente convencida, «yo creo que ningún nuevo mundo surgirá en automático cuando todo esto pase. Sí, el nuevo coronavirus cambiará al mundo, pero no es suficiente. Al fin y al cabo, es un enemigo minúsculo y nuestra solidaridad es enorme».
Los que cambiaremos el mundo, cuando todo esto acabe, concluye, seremos nosotros, «porque si algo hemos aprendido peleando contra pandemias, es que suceden cosas maravillosas cada vez que nos encontramos con situaciones adversas».
El coronavirus desembarcó el 21 de enero en el continente americano, cuando se confirmó el primer caso positivo en Washington, Estados Unidos. Más de un mes pasó hasta que se registró en Brasil el primer contagio en América Latina. A partir de ese momento, casi todos los países de la región empezaron a prepararse para una propagación que ya se veía inevitable.
Desde mediados de marzo hasta principios de abril, se tomaron a lo largo del continente distintos tipos de medidas para contener el avance del Covid-19. Algunos gobiernos eligieron enfoques más draconianos y aplicaron restricciones más severas. Otros, optaron por un abordaje más permisivo, apelando a la cooperación voluntaria de los ciudadanos. Y hay uno que directamente no hizo nada.
Transcurrido un mes y medio desde las primeras medidas, así está hoy el mapa de la respuesta al coronavirus en América:
Norteamérica:
Canadá
Tiene más de 51.000 casos positivos y 2.981 muertes confirmadas. La cuarentena parcial comenzó el 22 de marzo en Nueva Escocia. Como es un país federal, las provincias cuentan con un alto grado de autonomía para disponer de medidas de aislamiento y no hay una orden nacional que obligue a las personas a permanecer en sus casas, aunque el gobierno lo recomienda.
En todo el país están prohibidos los eventos masivos. Las escuelas de todos los niveles y las universidades están cerradas, al igual que los bares y los restaurantes, aunque en algunas provincias, como New Brunswick, comenzaron a reabrirse los parques y las playas. Las fronteras permanecen cerradas, salvo excepciones muy puntuales.
Trabajadores migrantes de México llevan máscaras y practican el distanciamiento social después de llegar a Mayfair Farms en Portage la Prairie, Manitoba (Canadá), el 28 de abril de 2020. (REUTERS/Shannon VanRaes)
Estados Unidos
Con más de un millón de casos y 58.300 muertes, es el país con más infectados y fallecidos del mundo. La cuarentena parcial comenzó el 19 de marzo en California. Al igual que Canadá, es un país federal y los estados gozan de autonomía para tomar diferentes decisiones ante la pandemia. Las medidas que limitan la circulación de las personas varían de una jurisdicción a otra, pero en todos hay restricciones importantes.
Oklahoma, que es uno de los pocos estados en los que el gobernador no ordenó a las personas quedarse en sus casas, está permitiendo que reabran algunos comercios, como las barberías y los salones de belleza. Los restaurantes, que en la mayor parte del país solo tienen permitido hacer envíos a domicilio, volverán a recibir comensales este viernes, cuando también reabran los gimnasios y los cines. En el otro extremo, el gobernador Andrew M. Cuomo, de Nueva York, que es el estado más afectado por el coronavirus, advirtió que es demasiado pronto para levantar el estricto confinamiento. Recién a mediados de mayo podrían volver a habilitarse los negocios con menor riesgo de contagio.
Si bien en algunos estados se permiten las reuniones con un bajo número de personas, los eventos masivos están severamente restringidos. Además, las escuelas y universidades están cerradas. Por su parte, el gobierno federal mantiene las fronteras cerradas y el tráfico aéreo y marítimo limitado a circunstancias excepcionales.
El Capellán Bill Simpson habla con un paciente en la sala de emergencias del Hospital SSM Health St. Anthony en medio de la propagación de coronavirus en Shawnee, Oklahoma, EE.UU. 23 de abril de 2020. (REUTERS/Nick Oxford)
México
Suma más de 15.000 contagiados y 1.434 fallecidos. A pesar de la reticencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, y de que también es un país federal, una cuarentena parcial comenzó a regir el 23 de marzo, con la implementación de ciertas restricciones. De todos modos, las personas no tienen prohibido salir de la casa, salvo en pequeños distritos que impusieron toques de queda. Hay una recomendación especial para que no salgan los mayores de 60 an?os y las personas con enfermedades preexistentes.
El 20 de marzo, los gobiernos de México y Estados Unidos acordaron cerrar la frontera a todos aquellos viajes terrestres que no fueran considerados esenciales, y el 20 de abril las dos administraciones decidieron extender esta medida por 30 días más. Los eventos masivos están prohibidos, pero siguen habilitadas las reuniones de hasta 50 personas. Desde el 23 de marzo, el Gobierno federal anunció la interrupción de actividades escolares, museos, bibliotecas, cines, teatros y conciertos. El 30 de marzo, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, decretó un estado de emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor, y el 1 de abril se ordenó el cierre de todas las playas.
El 16 de abril se anunció que la cuarentena se extenderá hasta el 30 de mayo. El gobierno de la Ciudad de México tomó medidas adicionales, como cerrar algunas estaciones de metro, Metrobús y del Tren Ligero para reducir la movilidad, además de restringir el tránsito de automóviles y decretar el uso obligatorio de cubrebocas en espacios públicos.
Una trabajadora de la salud acompaña a una paciente contagiada de coronavirus a una estación de triaje, en el Hospital General de Ciudad de México el 23 de abril de 2020 (REUTERS / Gustavo Graf)
AMÉRICA CENTRAL Y EL CARIBE
Costa Rica
Cuenta con 705 pacientes confirmados y seis muertos. Una cuarentena parcial comenzó el 15 de marzo, aunque sin una orden para forzar a los ciudadanos a permanecer en sus casas. Están prohibidos los eventos masivos y las escuelas de todos los niveles y las universidades están cerradas.
Los bares también están cerrados, pero los restaurantes siguen abiertos, aunque con su capacidad máxima reducida en un 50 por ciento. Esta semana comienza el levantamiento de otras restricciones. Los cines y teatros podrán funcionar manteniendo una distancia de dos metros entre cada espectador, y los gimnasios podrán reabrir a un 25% de su capacidad. Por otro lado, salones de belleza y barberías tendrán permitido recibir clientes con cita previa.
Personas esperan en un punto de distribución de frutas y verduras donadas por productores nacionales que no pueden exportar debido a la pandemia del coronavirus, en San José, Costa Rica el 13 de abril de 2020 (REUTERS/Juan Carlos Ulate)
Cuba
Según las siempre discutibles cifras oficiales, tiene 1.437 casos positivos y 58 muertos. La cuarentena parcial comenzó el 31 de marzo, pero sin una norma nacional que haya prohibido salir a la calle. Sí hay restricciones de movimiento importantes en algunas zonas de La Habana y en otras ciudades, con penas para quienes incumplan.
Están prohibidos los eventos masivos y las escuelas están cerradas, al igual que restaurantes y bares. El transporte público funciona de manera limitada y las fronteras marítimas están cerradas.
Una empleada pública con una mascarilla en un edificio estatal en Zaragoza, Cuba, el 28 de abril de 2020. (REUTERS/Alexandre Meneghini)
El Salvador
Tiene 345 infectados y ocho muertes, pero el gobierno de Nayib Bukele impuso las medidas más restrictivas del continente. La cuarentena total y obligatoria comenzó el 19 de marzo. Establece que solo un miembro del grupo familiar puede salir a la calle, dos veces por semana, para adquirir comida o medicamentos.
Quienes salgan sin autorización pueden ser arrestados y de hecho hay denuncias de detenciones masivas, incluso de menores de edad, en centros de reclusión irregulares. A pesar de que la Corte Suprema de Justicia dictaminó que muchos de los arrestos eran arbitrarios, el gobierno ya desoyó varios fallos del máximo tribunal.
Los eventos masivos están terminantemente prohibidos, las escuelas están cerradas y no funcionan ni restaurantes ni bares de ningún tipo. Las fronteras también permanecen bloqueadas. Es obligatorio el uso de mascarillas en la vía pública.
Nayib Bukele, presidente de El Salvador (Reuters)
Guatemala
Tiene 530 casos positivos y 15 decesos. El Gobierno dispuso una cuarentena obligatoria el 22 de marzo, que incluye un toque de queda en todo el territorio nacional desde las 18.00 hasta las 04.00, rango en el que solo pueden salir a la calle las personas que trabajan en rubros esenciales. Fuera del toque de queda las personas pueden salir de sus casas, excepto en algunos departamentos.
Están prohibidos los eventos masivos, y las escuelas, los restaurantes y todos los comercios no esenciales permanecen cerrados. Además, se prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas en la calle y es obligatorio el uso de mascarillas. El transporte público fue suspendido y las fronteras permanecen cerradas.
Personal del Ministerio de Salud de Guatemala, con trajes protectores y máscaras, se desinfectan en un refugio temporal para migrantes en la Ciudad de Guatemala, el 16 de abril de 2020 (REUTERS/Luis Echeverría/Foto de archivo)
Haití
El país más pobre del continente suma 76 casos y seis decesos, pero las autoridades sanitarias globales desconfían de esos números. La cuarentena comenzó el 19 de marzo, con un toque de queda en todo el territorio nacional desde las 20.00 hasta las 05.00. Fuera de ese horario se puede salir, pero el gobierno pide a las personas que salgan solo para compras indispensables.
Están prohibidos los eventos masivos, pero se pueden hacer reuniones de hasta 10 personas. Las escuelas de todos los niveles y las universidades están cerradas, al igual que restaurantes y bares. Las fronteras están clausuradas, el transporte público funciona de manera limitada y está prohibido trasladarse de una región a otra.
Trabajadores caminan a una distancia segura entre ellos durante un descanso en una fabrica local de ropa que produce máscaras protectoras en Puerto Príncipe, Haití, el 21 de abril de 2020. (REUTERS/Jeanty Junior Augustin)
Honduras
Acumula 702 casos y 64 muertes. La cuarentena empezó el 20 de marzo, acompañada de un toque de queda absoluto en todo el territorio, desde las 17.00 hasta las 09.00. Se puede salir a la calle solo a hacer compras indispensables, pero no cualquier día, solo los que correspondan de acuerdo con el número de documento.
Están prohibidos los eventos multitudinarios, y permanecen cerrados escuelas, universidades y todos los comercios no esenciales. Las fronteras están cerradas.
Trabajadores municipales desinfectan los puestos en el mercado de Comayaguela como parte de las medidas contra la propagación del coronavirus en Tegucigalpa, el 20 marzo 2020 (REUTERS/Jorge Cabrera
Jamaica
Cuenta 364 casos positivos y siete decesos. El Gobierno impuso una cuarentena tardía, el 1 de abril, y un toque de queda entre las 18.00 y las 06.00. Se puede salir a la calle solo a hacer compras indispensables. En algunas parroquias —como se conoce a las divisiones territoriales en Jamaica—, las restricciones son más severas. En Saint Catherine, por ejemplo, solo se puede salir por razones excepcionales los lunes, miércoles, viernes y sábados.
Están prohibidos los eventos masivos, las escuelas permanecen sin alumnos y la mayoría de las tiendas están cerradas, salvo las que venden bienes esenciales. Las fronteras están cerradas.
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Nicaragua
Según la muy dudosa información oficial, solo hay 13 personas contagiadas y tres muertas por coronavirus en el país. Pero ni siquiera en el supuesto de que esa información fuera real se entendería la respuesta del gobierno que comandan Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo. Es el único país de América que actúa como si nada estuviera pasando.
Siguen permitiéndose las reuniones multitudinarias, muchas impulsadas por el gobierno con empleados públicos para escenificar apoyo popular. Su liga de fútbol profesional es la única que sigue jugando en el continente. Las escuelas siguen abiertas, al igual que los restaurantes y los bares. Es también el único caso en el que las fronteras permanecen abiertas.
Daniel Ortega y Rosario Murillo, presidente y vicepresidenta de Nicaragua (REUTERS/Oswaldo Rivas)
Panamá
Suma más de 6.000 casos y 167 muertes. El Gobierno dispuso una cuarentena obligatoria el 25 de marzo, que exige a los ciudadanos permanecer en sus casos. Para comprar comida y medicamentos o ir al banco, hay restricciones por sexo y número de documento: las mujeres solo pueden salir los lunes, miércoles y viernes; y los hombres, los martes, jueves y sábados. Nadie puede salir los domingos.
Están prohibidos los eventos masivos. Las escuelas de todos los niveles y las universidades están cerradas. Lo mismo restaurantes y bares, e incluso está prohibida la venta y el consumo de bebidas alcohólicas. Las fronteras están cerradas y es obligatorio el uso de mascarillas en la vía pública.
Oficiales de la policía vigilan las calles de Ciudad de Panamá durante el toque de queda, el 31 de marzo de 2020 (REUTERS / Erick Marciscano)
República Dominicana
Suma 6.416 casos positivos y 286 muertes. El Gobierno dispuso la cuarentena el 20 de marzo, y un toque de queda en todo el territorio nacional desde las 17.00 hasta las 06.00. Fuera de ese horario, las salidas están permitidas, aunque las autoridades sanitarias llaman a los ciudadanos a quedarse en sus casas.
Están prohibidos los eventos masivos y están cerradas las escuelas y todos los comercios no esenciales. Las fronteras están cerradas y es obligatorio el uso de mascarillas en la calle.
La gente recoge productos descartados de una camioneta debido a que menos gente está comprando en el mercado, en Santo Domingo, República Dominicana, el 15 de abril de 2020. (REUTERS/Ricardo Rojas)
Trinidad y Tobago
Registra 116 contagios y ocho muertes. El Gobierno impuso una cuarentena obligatoria el 26 de marzo y solo pueden salir a la calle las personas que trabajan en rubros esenciales.
Están prohibidos los eventos masivos, con excepción de ciertos ritos religiosos, que pueden contar con un máximo de cinco participantes. Las escuelas, los restaurantes y las fronteras están cerradas.
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SUDAMÉRICA
Argentina
Reporta 4.127 casos positivos y 207 muertes. Es un país federal, pero el Gobierno dictó una cuarentena obligatoria en todo el territorio nacional el 20 de marzo. Solo pueden salir a la calle las personas que trabajan en rubros esenciales y quienes tengan que hacer compras básicas, sin restricciones de días ni de horarios. En algunas provincias con menor densidad de población se habilitó a las personas a salir a caminar o a hacer ejercicio una hora por día, en un radio de 500 metros del hogar
Están prohibidos los eventos masivos en todo el país y las escuelas de todos los niveles y las universidades están cerradas. Los comercios no esenciales están cerrados al público, aunque está habilitado el envío a domicilio. En algunos distritos, como la Ciudad de Buenos Aires, es obligatorio el uso de mascarillas en la vía pública. Las fronteras están cerradas.
Bolivia
Suma 1.014 casos y 53 muertes. El Gobierno dictó una cuarentena obligatoria en todo el país el 22 de marzo, con un toque de queda en desde las 15.00 hasta las 05.00. Se puede salir a la calle solo a hacer compras indispensables, pero apenas un día a la semana.
Están prohibidos los eventos masivos, y las escuelas y universidades permanecen cerradas. También los restaurantes y los bares. Las fronteras permanecen clausuradas.
Una mujer entra en una oficina de la Fuerza de Tarea Anti-Violencia de Bolivia FELCV, después de acusar a su pareja de abuso doméstico en La Paz, Bolivia, el 22 de abril de 2020 (REUTERS/David Mercado)
Brasil
Es el país más afectado de América Latina, con 71.886 casos y 5.063 muertes. Es un país federal y los estados gozan de autonomía para tomar diferentes decisiones ante la pandemia, lo que de hecho llevó a enfrentamientos entre el gobierno de Jair Bolsonaro, que no impuso una cuarentena nacional, además de impulsar de manera ilógica el no acatamiento de las decisiones de las autoridades y los gobernadores, que dictaron restricciones en sus estados. San Pablo, el más afectado, impuso una cuarentena el 24 de marzo.
Las personas pueden salir de sus casas en la mayor parte del país, aunque los gobiernos les solicitan que traten de reducir las salidas a lo indispensable. Están prohibidos los eventos masivos, las escuelas de todos los niveles están cerradas, y lo mismo la gran mayoría de los restaurantes y de los bares. También las fronteras permanecen cerradas, una de las pocas medidas que tomó el gobierno federal.
Un trabajador de salud transporta un cuerpo a un camión refrigerado en un hospital de Río de Janeiro, el 28 de abril (REUTERS/Ricardo Moraes)
Chile
Suma 14.365 casos y 207 muertes. El Gobierno dispuso el 20 de marzo un toque de queda en todo el territorio nacional desde las 22.00 hasta las 05.00. Fuera de ese horario, está permitido salir a la calle, salvo en algunos distritos especialmente afectados por el brote, como ciertas comunas de Santiago.
Están prohibidos los eventos masivos, las escuelas y las universidades están cerradas, al igual que los restaurantes y los bares. De todos modos, diversas industrias siguen funcionando. Las fronteras están cerradas.
Ciudadanos bolivianos permanecen instalados en las afueras del consulado de su país en Santiago, Chile. el 28 de abril (REUTERS/Iván Alvarado)
Colombia
Acumula 5.597 casos y 269 muertes. El Gobierno dispuso una cuarentena nacional que permite las salidas para ir a comercios habilitados y autoriza a personas de entre 18 y 60 años a hacer una hora de ejercicio al aire libre, manteniendo una distancia de diez metros respecto de otras personas y sin alejarse más de un kilómetro de su casa.
Están prohibidos los eventos masivos, y las escuelas están cerradas, al igual que los restaurantes y los bares. Están habilitados a funcionar los rubros de la construcción y las principales industrias, además de bancos y las casas de apuestas. Las fronteras están cerradas y es obligatorio el uso de mascarillas en la vía pública.
Enfermeras del Hospital de Suesca con carteles que dicen “Sigamos luchando juntos” y “Juntos podemos lograrlo” en Suesca, Colombia, el 23 de abril de 2020 (Javier Dussan/Gobierno de Cundinamarca/Manifestación a través de REUTERS)
Ecuador
Oficialmente registra 24.258 casos positivos y 871 muertes, pero se teme que las cifras reales sean mucho más abultadas. El Gobierno dispuso la cuarentena el 17 de marzo, con un toque de queda en todo el territorio nacional desde las 14.00 hasta las 05.00. Fuera de ese horario, solo está permitido salir a hacer compras básicas.
Están prohibidos los eventos masivos y permanecen cerradas las escuelas, las universidades y todos los comercios considerados no esenciales. Las fronteras están cerradas.
Pacientes se someten a diálisis, en medio del brote de coronavirus en Guayaquil, Ecuador el 18 de abril de 2020 (REUTERS/Santiago Arcos)
Paraguay
Suma 230 infectados y nueve muertes. La cuarentena entró en vigencia el 30 de marzo y hay toque de queda entre las 20.00 y la 04.00. Solo pueden salir a la calle las personas que trabajan en rubros esenciales, o quienes tengan que hacer compras básicas.
Están prohibidos los eventos masivos y las escuelas de todos los niveles y las universidades están cerradas, al igual que restaurantes y comercios no esenciales. Las fronteras están clausuradas.
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Perú
Suma 31.190 casos y 854 muertes. El Gobierno ordenó una cuarentena obligatoria el 15 de marzo, con un toque de queda en todo el territorio desde las 18.00 hasta las 05.00. En el horario permitido, solo se puede salir a hacer compras en ciertos días según el sexo: los hombres, los lunes, miércoles y viernes; y las mujeres, los martes, jueves y sábados. Los domingos no se puede salir.
Están prohibidos los eventos masivos. Las escuelas de todos los niveles y las universidades están cerradas. También restaurantes, bares y tiendas no esenciales. Las fronteras permanecen cerradas.
Personas fuera de una base de la Fuerza Aérea peruana espernado por vuelos que los lleven de regreso al la amazonía local en medio de la propagación del coronavirus, en Lima, Perú, el 24 de abril (REUTERS/Sebastián Castañeda)
Surinam
Registra diez casos confirmados y una muerte. El Gobierno dictó la cuarentena el 28 de marzo, con un toque de queda entre las 20.00 y las 06.00. Fuera de ese horario, las personas pueden salir solo para abastecerse de bienes de primera necesidad.
Están prohibidos los eventos masivos, aunque puede haber reuniones de hasta 10 personas. Las escuelas, los restaurantes y los bares están cerrados, y no funciona el transporte público. Las fronteras están cerradas.
El presidente de Surinam, Desi Bouterse, hace un gesto a sus partidarios en Paramaribo, Surinam, el 22 de enero de 2020. (REUTERS/Ranu Abhelakh)
Guyana
Registra 74 casos y 8 muertes. El Gobierno dictó la cuarentena el 4 de abril, con un toque de queda en todo el territorio nacional entre las 18.00 y las 06.00. Fuera de ese horario, las personas pueden salir exclusivamente para abastecerse de bienes de primera necesidad.
Están prohibidos los eventos multitudinarios y cerradas las escuelas, los restaurantes y los bares. Las fronteras están cerradas.
El presidente de Guyana, David Arthur Granger, se dirige a la 72ª Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de septiembre de 2017. (REUTERS/Eduardo Muñoz/Foto de archivo)
Uruguay
Registra 620 casos positivos y 15 muertes. El Gobierno no dictó una cuarentena obligatoria, pero desde el 24 de marzo tomó diferentes medidas y empezó a pedirles a las personas que traten de quedarse en sus casas voluntariamente.
Están prohibidos los eventos masivos, así como la práctica de deportes colectivos. La mayoría de las escuelas están cerradas, pero se habilitó la semana pasada la reapertura de algunas escuelas rurales. Siguen cerrados los restaurantes y los bares,. También las fronteras permanecen clausuradas.
El maestro Sergio Ferrao termina una lección con los estudiantes de la Escuela 30, una escuela rural que ha reanudado las clases después de un mes de clases virtuales debido a la enfermedad del coronavirus en San José, Uruguay, el 22 de abril de 2020. (REUTERS/Mariana Greif)
Venezuela
Las cifras oficiales son 329 casos y 10 fallecidos. El Presidente Nicolás Maduro ordenó la cuarentena nacional el 17 de marzo, habilitando solo las salidas para ir a comercios autorizados.
Están prohibidos los eventos multitudinarios y las escuelas permanecen cerradas, al igual que restaurantes y bares. Las fronteras también fueron clausuradas, y es obligatorio el uso de mascarillas y guantes en la calle.
El país continúa soportando la guerra económica de Estados Unidos, que desarrolla sabotaje, sanciones, bloqueo de productos entre otras medidas.
Nicolás Maduro y parte de la cúpula chavista durante un anuncio (Reuters)
