domingo, 31 de marzo de 2019

Maturén: elegía con tres lustros de retraso – El Cuaderno

Maturén: elegía con tres lustros de retraso – El Cuaderno





Maturén (Ángel Esteban Maturen) nació en el corazón de la vieja Zaragoza el 15 de enero de 1949 y murió en el corazón de la vieja Tarazona —en el edificio de la Fundación Maturén que impulsó su primo, el psiquiatra Vicente Ezquerro Esteban y sufragó en 1997 el Ayuntamiento de la villa— el 7 de marzo de 2005, víctima de un cáncer digestivo. Quien fuera llamado el Picasso aragonés parece olvidado por una sociedad vengativa con sus desplantes de viejo comunista antiburgués y de espíritu al tiempo huraño y tierno, ocultando que fue uno de los grandes pintores españoles de finales del siglo XX.

Muerto el hombre más celebrado, a los diez días, olvidado
Escrito por Ángel sobre su último cuadro, que me envió dedicado, cuando ya tenía clara la sentencia, que muchos ignorábamos, haciendo una soberbia higa al futuro inevitable, que, por cierto, no llegó por el camino esperado. Ya pasados más que los fatídicos diez días, catorce años, observo que la frase, cuyo autor ignoro, no responde a la realidad; no en este caso; no con este amigo. Morosamente, revuelvo papeles anotados con prisa, algún compendio paremiológico, cualquier material que me proporcione frases con las que matizar la muy lapidaria afirmación autógrafa del artista. Y en diálogo con el agradecido recuerdo aún no mellado, reposo en las impresiones de color y forma, que tiempo ha me enseñaron el surgimiento de la creación en la dialéctica entre talento e incansable acción, serpenteante entre escollos de peripecia vital, arriscada, ocasionalmente indecorosa, a veces amable o bronca, nunca fría o lejana. Mojarse y mancharse, mientras se vive.
Último cuadro de Maturén

El arte consiste en ocultar el arte
Muy bonito, Quintiliano, pero es verdad de aspirante al poder. ¿Ves el vaso de agua que pugna por derramarse, la colilla humeante desde incandescente extremo? Técnica perfecta para un muchacho, principio académico ortodoxo. Yo ahora hago primero el dibujo y luego lo voy fastidiando con los colores. Para engañar, claro. Ahora. No pocas veces con pintura de paredes, frotando con una escoba, adhiriendo papel higiénico. Con mucho cuidado. ¡Cómo palpita el pequeño perro en medio de un agua encrespada! ¡Cómo pesca el pez saltarín una muchacha de mirada perdida! Pocos trazos, varias manchas, lentamente superpuestas, un empaste amasado con papel de estraza; cosas para ocultar el arte.

No te será fácil guardar solo para tilo que gusta a muchos
Lo solías repetir, poniendo cara de abogado de secano: Los que podéis disfrutarlo no tenéis una buena bolsa; quienes la tienen, con frecuencia no lo disfrutan de verdad. El arte, el trazo palpitante, desgarrado, el luminoso azul apastelado de unas flores que hablan (no son buenas, son para vender), la enigmática tabla de planchar, inmensa, estorbando en el pasillo del ático de la plaza del Pilar, el refulgente meteoro verde emergiendo de un oscuro sideral. Ese tríptico medio cubista, de blancos oscuros, grises claros y azules grisáceos (es para mi hijo) que un envidioso profesor lesionó, porque podía hablar de arte en su aula, pero no era capaz de practicarlo.


Es hermoso que te señalen con el dedoy digan: ¡Es él!
Decenas de pies en Fortea, sin mudar el gesto. Una Llueca que pone los huevos al revés. Conchas engastadas en universos minerales de inmensa variedad de pasteles virantes. Trazos decididos de gouaches ya antiguos, que saltan desde el cartón preguntando ¿qué hago aquí? La locura de los Pasos para una nueva danza, salida del informe grafito y meciéndose en el aire. Angelotes superdotados e impúdicos que agitan alas y sexo, dando brillo al cielo desvaído desde el que se desparraman en una danza de papel. Aunque vaya a tomar la caña en Belanche o el tinto en El Espejo o a comentar sobre el tiempo con los amigos de Santa Marta, todos saben quién es. La mayoría, además, conocen su historia, sus viajes, sus amistades, sus estancias. Conocen bien sus afectos y con quién comparte un áspero pero vitalista devenir (sin nombre, sin nombres aquí, por favor). Y, sin levantar la mano le señalan —agradecidos por el trato cotidiano, ni condescendiente ni altanero— con la mirada: ¡Es él!
Joven embarazada

Su decisión sigue inmutable;en vano le resbalan las lágrimas
Así lo hubiera dicho Virgilio; así lo hizo Maturén. Vueltas y vueltas, períodos de dureza indescriptible, abismado en la hondura de un cerebro brumoso pero decidido. Calma de amigos (¡qué paciencia, doctora!) y retamas y romeros como abanicos (rojos, verdes, azules) de Sierra de Luna. Guardando, una a una, un tesoro de pesetas de bronce que llenan de fulgor de Alí-Babá la damajuana que encandila a los niños, al lado del fusil para matar elefantes, que es una vulgar escopeta de caza, y el bramante de inmovilizar tiburones, que es un largo cordel de esparto. No hay desmayo, ya pasará. Y pasa. La azul muchacha que medita en su preñez, lo sabía, y esperaba la nueva época, aún convencida de que sus facciones y sus manos jamás recibirían el retoque final. Esperaba entre naturalezas muertas, llenas de negro brillante y rojo marchito, el salto definitivo. Que encuentra apoyo e impulso en personas próximas, luego lejanas y que ahora estará viendo Ángel con más claridad. Con frecuencia las lágrimas del alma nublan la percepción del mundo y arrastran al desenfoque o la falta de reconocimiento.

Son pocos los que aman la libertad; lamayoría sólo busca un amo benigno
Salustio interpreta así un hecho de cotidiana comprobación: la libertad lleva a asumir personalmente un compromiso y por eso, aunque predicada y exaltada públicamente, es rechazada con horror por tanta, tanta gente. No te veo en los catálogos. Alguna breve reseña, una mención urgente. Pero no estás en la crema. No te lo van a perdonar, siempre haciendo lo que quieres (es decir, lo que te da la gana) orgulloso de tu albedrío. Incluso en exceso (¿del propio orgullo o del libre albedrío?). Pagarán tu desprecio en moneda de silencio envidioso, pero no será por siempre.
Ilustración para Cocinar Navarra

La envidia se ceba en los vivos.Después de la muerte se apacigua,defendida por la gloria que se ha merecido
Aunque eso no es gratuito, ni cae simplemente por su peso. Voluntades persistentes, apoyos merecidos pero a veces incomprendidos, permiten que San Atilano y la angosta de San Bernardo, en lo más empinado de Tarazona, enseñen al que no sabe, por simple ignorancia, por pura ausencia o por mezquino silencio, que aquí ha recalado, para su último viaje, alguien que adorna con brillo propio al Aragón que amamos.

La muerte abre las puertas de la fama ycierra tras de sí la puerta de la envidia
Creen que ya no los ves. Por eso se van a apuntar al festival. Por eso te van a reconocer, porque el juez está por encima del justiciable y es quien decide a la postre. Ya no les vas a mirar de medio lado, levantando las cejas, tras una espesa columna de humo de cigarrillo. Otra ventaja de haber pasado al otro lado. Por cierto, lleno de plomo (como un héroe de película) aspirado y absorbido en la última deslumbrante serie de bruñidos telúricos, brotes de lava cristalina con briznas de color exaltado. Ya podéis incluirme en un catálogo de papel lujoso, comentarme y glosarme; no hay temor de que vuelva a desmentiros ni a que os cante un par de cosas bien dichas.
Niveles de conciencia

Ya he vivido bastante, porquemuero sin haber sido vencido
No ha visto Maturén la desolación de la decadencia. Un camino continuo y accidentado, pero ininterrumpido, señala su paso por la vida. No se retira como boxeador sonado, ni como artista desfondado, ni como rabia vital vencida. Se ha marchado al destino definitivo, dejando en el aire la convicción de que lo mejor estaba por llegar. ¡Quién pudiera acabar así!

Murió llorado por muchas gentes de bien
Poco hay que añadir a la expresión de Horacio. Has dejado el velo a medio levantar, la certeza de una obra inconclusa y preñada de futuro. Y además, el reconocimiento y el afecto de muchos, cada uno en su nivel y condición. Y en su tiempo; antes, ahora siempre. Probablemente, también después. Y también, como humano, algunas enemistades inmerecidas por algún amigo, surgidas sobre todo de errores de comunicación.
Velador con florero

Todo toma un brillo especialcuando se observaen la proyección del recuerdo
¿Y por qué renunciar a esa cualidad del ser humano? A distancia, sí. Como la brutal pincelada de Francisco de Goya en la mejilla de santa Engracia, en los párpados de san Lamberto, que destellan cuando se contemplan desde el suelo, a ras del embaldosado de lo cotidiano, de la existencia vulgar. Como el brillo sosegado de la luna, mientras esperas a que los perezosos barbos piquen, que deja el recuerdo de la luz arrulladora y anula la rememoración del frío de la madrugada.

La vida de los muertos estáen la memoria de los vivos
Te equivocaste, completamente, con tu frasecita; Cicerón, que era gente de muchas letras, lo dice bien claro. Ahora, desde el reposo del trabajo concluido, sigues viviendo sin dolor en la memoria de tu familia, tus amigos, tus enemigos, tus cartones, tus lienzos, tus tablas… Y creo que no sólo así, sino en un destino de paz y acogimiento, en la culminación del anhelo que nos empuja a seguir viviendo hasta dar el salto y empezar a vivir de verdad. Y, de todas formas, para quienes no entienden así la vida, perpetuarse en los vivos ya es un destino fuera de lo común. La tablilla confuciana de los antepasados es ahora una obra llena de vida y de fuerza. ¡Me alegro de tu error! No has sido olvidado por quienes conocieron tu obra y tu disfrazada humanidad; dentro un tiempo, el incienso volverá a humear antes tu tablilla vital. No seguirás olvidado.

Francisco Abad Alegría (Pamplona, 1950; pero residente en Zaragoza) es especialista en neurología, neurofisiología y psiquiatría. Se doctoró en medicina por la Universidad de Navarra en 1976 y fue jefe de servicio de Neurofisiología del Hospital Clínico de Zaragoza desde 1977 hasta 2015 y profesor asociado de psicología y medicina del sueño en la Facultad de Medicina de Zaragoza desde 1977 a 2013, así como profesor colaborador del Instituto de Teología de Zaragoza entre los años 1996 y 2015. Paralelamente a su especialidad científica, con dos centenares de artículos y una decena de monografías, ha publicado, además de numerosos artículos periodísticos, los siguientes libros sobre gastronomía: Cocinar en Navarra(con R. Ruiz, 1986), Cocinando a lo silvestre (1988), Nuestras verduras (con R. Ruiz, 1990), Microondas y cocina tradicional (1994), Tradiciones en el fogón(1999), Cus-cus, recetas e historias del alcuzcuz magrebí-andalusí (2000), Migas: un clásico popular de remoto origen árabe (2005), Embutidos y curados del Valle del Ebro (2005), Pimientos, guindillas y pimentón: una sinfonía en rojo (2008), Líneas maestras de la gastronomía y culinaria españolas del siglo XX (2009), Nuevas líneas maestras de la gastronomía y culinaria españolas del siglo XX (2011), La cocina cristiana de España de la A a la Z (2014), Cocina tradicional para jóvenes (2017) y En busca de lo auténtico: raíces de nuestra cocina tradicional (2017).

lunes, 25 de marzo de 2019

Las niñas de Balthus desembarcan en Madrid

Las niñas de Balthus desembarcan en Madrid | Periodistas en Español

Las niñas de Balthus desembarcan en Madrid

El Museo Thyssen expone una retrospectiva con lo mejor de la obra del pintor franco-polaco


Nacido en París en una familia ilustrada de origen polaco (su padre era historiador de Arte), hermano del escritor Pierre KlossowskiBalthus (1908-2001) se formó en un ambiente cultural privilegiado, bajo la protección del poeta Rainer María Rilke (dicen que amante de su madre) y del pintor Pierre Bonnard, con los que inició una carrera cuya obra algunos sitúan entre el surrealismo y el realismo mágico, con influencias del Renacimiento (MasaccioPiero della Francesca) y el naturalismo (Courbet).
Balthus con su hija Harumi y su esposa Setsuko
Balthus con su hija Harumi y su esposa Setsuko
Disciplinado copista de DavidPoussin y Chardin en largas sesiones en el Louvre, nunca le interesaron las vanguardias y nunca siguió los movimientos en boga, por eso Picasso apreciaba su pintura: era el único que no había intentado imitarle, según le dijo en una ocasión.
Desde los primeros años, su obra estuvo bien valorada primero por una minoría que adquiría sus cuadros a precios ya considerables y más tarde integrado plenamente en el mercado junto a las grandes firmas del siglo XX.
En 1962 se casó en segundas nupcias con la artista japonesa Setsuko Ideta, de diecinueve años (su primera mujer fue Antoinette de Watteville, una aristócrata que posó como modelo en algunos de sus cuadros), quien influyó en su pintura preparando sus colores y haciéndolos más brillantes. Con ella se trasladó a vivir a Suiza hasta su muerte.
Su longevidad (le gustaba bromear diciendo que por haber nacido un 29 de febrero sólo cumplía años cada cuatro) le posibilitó atravesar la práctica totalidad del siglo XX como uno de los artistas (él prefería calificarse de artesano) testigos de todos los movimientos y las vanguardias europeas y americanas.
Desde siempre Balthus estuvo obsesionado con representar la infancia, esa infancia que Lewis Carroll retratara en “Alicia en el país de las maravillas” y en las fotografías de Alicia Liddel, ingenuas y eróticas al mismo tiempo.
Balthus: Thérèse soñando
Balthus: Thérèse soñando
Uno de los elementos más polémicos de su pintura son esas figuras femeninas de adolescentes dotadas de una sexualidad ambivalente, entre la inocencia y la provocación, que aún hoy son objeto de críticas por parte de sectores moralistas conservadores.
En 2017 “Thérèse soñando” provocó la recogida de más de once mil firmas pidiendo su retirada del Metropolitan Museum de Nueva York. El pintor siempre dijo que no eran sino “ángeles”, una calificación ambigua, entre lo profano y lo religioso, que hay que ponderar teniendo en cuenta la confesada religiosidad del propio Balthus (“pintar es rezar”, dijo en una ocasión), devoto de la virgen de Czestochowa, y que presumía de haber recibido un rosario de manos del mismo Juan Pablo II.

Una representativa retrospectiva

Algunas de esas “niñas” pueden verse en una muestra de la obra de Balthus que estos días se expone en el museo Thyssen Bornemisza de Madrid. Niñas dormidas, concentradas, quitándose la ropa o en actitudes poco ortodoxas. Según Balthus, lo que quería pintar con estos cuadros era “el secreto del alma y la tensión oscura y a la vez luminosa de su capullo aún sin abrir del todo”.
No fueron estas niñas las únicas que escandalizaron en las exposiciones de Balthus. En 1934 su cuadro “La calle” (también en esta exposición) suscitó una encendida polémica hasta el punto de que el comprador de la obra le pidió que volviera a pintar la mano de un acosador más separada del lugar donde la había pintado originalmente.
Balthus: La calle
Balthus: La calle
Una vocación temprana esta de escandalizar: en 1934, a los veintiséis años, “La lección de guitarra” ya había provocado reacciones similares. Pero en la obra de Balthus hay también paisajes (“El valle de Yonne”), bodegones (un detalle que no pasa desapercibido es que en todos ellos el pan siempre está atravesado por un  cuchillo), escenas detenidas en el tiempo (“La partida de naipes”), muchas de ellas con elementos como espejos y gatos que se repiten obsesivamente (su autorretrato lo tituló “El rey de los gatos”) y a veces juntos como en “El gato en el espejo III”, ambos, gato y espejo, en compañía, cómo no, de una adolescente. Se pintó a sí mismo también en “La toilette de Cathy”, identificándose con Heatcliff, el protagonista de “Cumbres borrascosas”.
De los aproximadamente trescientos cuadros que pintó Balthus durante su vida aquí se pueden ver 47, pero entre ellos están los más importantes.
La instalación de las obras se ha dispuesto en orden cronológico, de manera que pueda resultar más clara la evolución de su pintura, desde sus primeros paisajes de París y los retratos, como “Los hermanos Blanchard”, un cuadro que Picasso le compró a Balthus.
No es una obra considerable en número la de Balthus, aunque habría que añadir también sus trabajos para la Villa de Médici, de la que fue director durante dieciséis años.
  • TÍTULO: Balthus
  • LUGAR. Museo Thyssen Bornemisza. Madrid
  • ECHAS. Hasta el 26 de mayo (26:05:2019)

sábado, 9 de marzo de 2019

Strambotic » Las siete miserias de Ferrol, el Detroit gallego

Strambotic » Las siete miserias de Ferrol, el Detroit gallego



por Luis Landeira



“Uno de los grandes retos del periodismo moderno es escribir sobre Ferrol sin citar a Los Limones o a Detroit”, dijo la periodista M.J. Rico. Y tiene más razón que una santa. Yo mismo, tal vez por ser de Ferrol (“una ciudad donde perder es lo normal”, cantaron Los Limones) acabo de perder el reto entre el titular y el primer párrafo.
¿Pero es que hay otra forma humana de abordar un texto sobre una ciudad tan decadente? Ustedes me dirán que “enumerando sus muchas virtudes”. Vamos a probar: Ferrol tiene un montón de cosas buenas, como las casitas con galerías blancas, las procesiones de Semana Santa, las simpáticas gaviotas, el castillo de La Palma o esas espectaculares playas salvajes que, gracias al tempestuoso clima y la remota situación geográfica, permanecen ajenas al rodillo turístico y… ¿ven como no funciona?
Volvamos al Ferrol apocalíptico: barrios en ruinas, tiendas cerradas, aguas apestosas… Todo esto queda mucho mejor para perpetrar un artículo sensacionalista. Sin ánimo de hacer leña del árbol caído, espero aportar un granito de arena para denunciar el terrorífico abandono que afecta a este lugar que, en tiempos mejores, vio nacer a figuras como Jesús Vázquez, Andrés do Barro, Carlos Jean, Jesús Ordovás o Pablo Iglesias (el socialista, no El Coletas).
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Un paro disparatado
Desde tiempo inmemorial, Ferrol y su comarca (conocida como Ferrolterra) han vivido de la construcción naval. Y si apuestas todo a una carta, tienes muchas posibilidades de perder. Ya en primer tercio del siglo XIX se produjo la primera crisis, debida a un parón en la actividad de los arsenales. En el XX, la cosa remontó y, hasta bien entrados los años 70, Ferrol fue una ciudad viva y próspera. Pero allá por 1982, los delirios europeístas de Felipe González lo llevaron a emprender una tosca reconversión industrial que provocaría despidos masivos en los astilleros.
En la actualidad, la tasa de paro de Ferrol asciende a un 33’3%, que supera a la de ocupación (32’3%) y crece a una velocidad de vértigo, por más que el ministro Montoro haya dicho que “hay carga de trabajo garantizada para mucho tiempo”. La mejor respuesta a este dislate es la siniestra y oxidada verja del astillero, donde cuelgan decenas de monos de trabajo que ya no valen para nada.
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Una ciudad desierta
El gallego no se queja, emigra. Y la falta de trabajo en Ferrol ha provocado una sangría demográfica imparable. La ciudad ha perdido más de 30.000 habitantes en las últimas décadas: en los años 70 rebasó los 100.000 y ahora no tiene más que 69.428. El resto se han largado a buscarse la vida. Dicen los innombrables Limonesen su canción ‘Ferrol’: “sé que aquí nací y aquí voy a quedarme”; y en verdad es un acto heroico permanecer en este lugar dejado de la mano de Dios.
Puede que en verano haya algo más de gente, pero salir a la calle en Ferrol una noche de, pongamos, noviembre, y darse un paseo por el centro es como meterse en el pellejo de Charlton Heston en Omega Man: no hay ni un alma por la calle, ni un bar abierto, ni un triste chucho… Un escenario, en fin, que solo los misántropos mas recalcitrantes somos capaces de disfrutar.
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Unos barrios en ruinas
Con la retranca propia de los gallegos y la crueldad de los pijazos, los coruñeses se refieren a Ferrol como “Vilapodre”, es decir, “Villa podrida”. Por desgracia, no les falta razón. Sobre todo por barrios como Canido o por Ferrol Vello, casco antiguo de la ciudad que sus propios vecinos han rebautizado como “pequeño Kosovo”, pues se encuentra en ruinas por conflictos irresolubles entre políticos, propietarios y buitres inmobiliarios. Solo un no-país como España deja que en una zona declarada Bien de Interés Cultural (por aquí pasa el Camino de Santiago) haya 8.300 viviendas deshabitadas que se caen a trozos.
Deambular por el casco viejo será una experiencia religiosa para los miembros del Club de Exploradores de Lugares Abandonados y demás gourmets del escombro. Pero para el común de los mortales, es como echar una partida al videojuego Silent Hill, con la diferencia de que aquí ni siquiera hay monstruos, solo alimañanas que también acabarán emigrando o muriéndose de hambre.
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Un comercio terminal
Desde 2010, unos 800 negocios ferrolanos han cerrado sus puertas. Los carteles de “se vende”“se traspasa”“liquidación por cierre” o las puertas de locales tapiadas, pintarrajeadas y llenas de hongos, se pueden ver hasta en las más céntricas calles peatonales.
Lo más parecido que hay en Ferrol a unos grandes almacenes es un pequeño y modesto Corte Inglés. El conato de centro comercial que se abrió en la zona conocida como el Inferniño tiene casi todos los locales vacíos. Y los ferrolanos prefieren gastar sus escasos dineros en el mall del cercano municipio de Narón, que tampoco es para tirar cohetes.
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Un pasado franquista
Hoy por hoy, Ferrol se llama “Ferrol”, aunque haya ministros (hola otra vez, Montoro) que se empeñan en seguir usando el viejo topónimo “El Ferrol”, que deriva de “El Ferrol del Caudillo”, nombre con el que se conocía a la ciudad hasta 1982. La razón, como todos sabrán, es que aquí nació Francisco Franco Bahamonde, Caudillo de España por la Gracia de Dios.
Y aunque ya hace tiempo que quitaron la estatua del generalísimo de la Plaza de España para esconderla en el Arsenal Militar, la placa de bronce conmemorativa sigue instalada en la fachada de la casa natal del caudillo, que se ha convertido en una meca de peregrinación antifascista, para tirar pintura a las paredes o arrancar de cuajo la placa.
Pero pese a su pasado, franquista, en Ferrol han gobernado todos los partidos habidos y por haber… y todos han fracasado en la titánica tarea de resucitar la urbe. En las últimas elecciones se llevó la alcaldía la marea de Ferrol en Común (IU, Podemos y Anova), en pacto con PSOE y BNG. A juzgar por su caótica forma de gestionar la reciente Crisis del Agua que dejó a Ferrol seco durante varios días, poco cabe esperar de ellos.
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Una geografía remota
El fatídico martes 13 de enero de 1998, un fuerte temporal provocó que la gigantesca plataforma petrolífera Discoverer Enterprise, que estaba anclada en los astilleros ferrolanos, soltase sus amarras y se empotrase contra el puente de As Pías, que en ese momento era el principal punto de unión entre Ferrol y el resto de España. El mar se llenó de casquetes, que aplastaron toneladas de marisco, y la ciudad quedó aislada durante meses: pese a la visita del por entonces presidente de la Xunta (el exministro de Franco Manuel Fraga) y a la repercusión internacional del siniestro, los ferrolanos sintieron más que nunca que vivían en el culo del mundo.
Mientras se apañaba el cataclismo, los automovilistas que querían entrar o salir de Ferrol se veían obligados a dar un rodeo de 20 kilómetros por carreteras comarcales. Eso sí, gracias a este accidente se aceleró la construcción de la autopista que hoy permite a los parados escapar más rápidamente de la ciudad. Aunque, tal y como está el patio en España, mejor les irá si emigran allende los mares.
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Una ría de mierda
La ría de Ferrol es la más contaminada de Europa, muy a pesar de las inyecciones de dinero (que el diablo sabe dónde estará), la instalación de depuradoras o las visitas de inspectores europeos que encanecen con el estado de las aguas. Para suavizar la cosa, los quitamierdas del Partido Popular Europeo se las apañaron para borrar del informe conceptos como “situación dramática”.
Pero solo hay que darse una vuelta por los dos modestos paseos marítimos que existen en la ciudad e inspirar profundamente cuando baja la marea, para darse cuenta de que allí no huele a mar, sino a cloaca, y que en sus pantanosas aguas chapotean más roedores que crustáceos. Es lógico, y no solo por los desechos orgánicos que expulsan los ferrolanos, sino también por los vertidos tóxicos de corporaciones como Navantia, Megasa o Reganosa. De los furtivos que marisquean en estas pestilentes aguas no hablo, que me da cagalera.
Este artículo incluye residuos, chapapote y desperdicios de Visiones de FerrolterraDiario de FerrolEl Confidencial y La Voz de Galicia
Dildo de Congost es fundador del Club Orgullo de Ferrol.

domingo, 3 de marzo de 2019

#ConPrueba, el plan para la protección de la salud frente a las pseudociencias

#ConPrueba, el plan para la protección de la salud frente a las pseudociencias | Periodistas en Español





Entre las terapias que se pueden considerar ya pseudoterapias figuran las siguientes:
Análisis somatoemocional, análisis transaccional, ángeles de Atlantis, armónicos, arolo tifar, ataraxia, aura soma, biocibernética, breema, cirugía energética, coaching transformacional, constelaciones sistemáticas, cristales de cuarzo, cromopuntura, cuencos de cuarzo, cuencos tibetanos, diafreoterapia, diapasones, digitopuntura, esencias marinas, espinología, fascioterapia, feng shui, flores del alba, frutoterapia, gemoterapia, geobiología, geocromoterapia, geoterapia, grafoterapia, hidroterapia del colon, hipnosis ericksoniana, homeosynthesis, iridología, lama-fera, masaje babandi, masaje californiano, masaje en la energía de los chacras, masaje metamórfico, masaje tibetano, medicina antroposófica, medicina de los mapuches, medicina ortomolecular, metaloterapia, método de orientación corporal Kidoc, método Grinberg, numerología, oligoterapia, orinoterapia, oxigenación biocatalítica, piedras calientes, pirámide vastu, plasma marino, posturología, pranoterapia, psicohomeopatía, psychic healing, quinton, radioestesia, rebirthing, sincronización core, sofronización, sotai, tantra, técnica fosfénica, técnica metamórfica, técnica nimmo de masaje, terapia bioenergética, terapia biomagnética, terapia de renovación de memoria celular (cmrt), terapia floral de California, terapia floral orquídeas, terapia regresiva.
En cuanto a las terapias que aún no se han evaluado figuran; Abrazoterapia, acupresión, acupuntura, aromaterapia, arteterapia, auriculoterapia, ayurveda, biodanza, caballoterapia o hipoterapia, Chi-Kung o Qi-Gong, constelaciones familiares, cromoterapia, crudivorismo, drenaje linfático manual, enfermería naturista, fitoterapia, Gestalt, hidroterapia, hipnosis natural, homeopatía, kinesiología, kundalini yoga, linfodrenaje, luminoterapia, macrobiótica, magnetoterapia, masaje ayurvédico, masaje estructural profundo, masaje tailandés, medicina naturista, medicina natural china, meditación, moxibustión, musicoterapia, naturoterapia, osteopatía, panchakarma, pilates, programación neurolingüística, psicoterapia integrativa, quiromasaje, quiropraxia, reflexología o reflexología podal o reflexoterapia, reiki, respiración consciente integrativa, risoterapia, sanación espiritual activa, seitai, shiatsu o shiatsu namikoshi, sonoterapia, tai-chi, técnica Alexander, técnicas de liberación emocional, técnicas de relajación, terapia craneosacral, terapia de polaridad, terapia florar de bach, terapia floral de Bush, terapia herbal, terapia humoral, terapia nutricional, vacuoterapia, visualización, yoga de polaridad, yoga, zero balancing.