martes, 12 de noviembre de 2019

El grumete que desertó y pudo contar la vuelta al mundo

El grumete que desertó y pudo contar la vuelta al mundo | Cultura | EL PAÍS

El grumete que desertó y pudo contar la vuelta al mundo

Tres investigadores rescatan y traducen al español la declaración del marino Martín de Ayamonte, que aporta nuevos datos sobre el viaje de Magallanes y Elcano


Madrid 
juan sebastian elcano

Hasta ahora la Relación del primer viaje alrededor del mundo, del italiano Antonio Pigafetta, era la principal fuente informativa de la hazaña protagonizada por Juan Sebastián Elcano y 17 marineros más, de los 247 que partieron de Sevilla el 10 de agosto de 1519. Pero el redescubrimiento en el Archivo Nacional Torre do Tombo, en Lisboa, de la declaración del grumete de la nao Victoria, la que capitaneaba Juan Sebastián Elcano, ofrece nuevos y sorprendentes detalles sobre la gesta. El joven Martín de Ayamonte, que fue apresado e interrogado por los portugueses cuando se escondía en la isla de Timor tras desertar de la nave, desvela en su declaración la fortaleza de carácter de Elcano, las tácticas de los nativos para matar a los españoles o la procedencia exacta de algunos de los tripulantes. “Es un documento indispensable para entender la hazaña  y es incomprensible que haya pasado desaparecido en la historiografía”, explica a EL PAÍS Tomás Mazón, uno de los tres expertos que han hallado y traducido al castellano el documento.
El 5 de febrero de 1522, el joven Martin de Ayamonte y el soldado Bartolomé Saldaña abandonaron “sin ser sentidos” la Victoria en la isla de Timor, donde la nave estaba fondeada. Desertaron porque temían morir en el intento de dar la vuelta al mundo. Se escondieron en la selva esperando la oportunidad de regresar a las Molucas, donde estaba siendo reparada otra de las naves de la expedición, la Trinidad. Ayamonte quería reunirse con un familiar que viajaba en esta nao y que iba a volver a España, no por el oeste como la Victoria, sino por el este, hacia México.
Pero, siempre según el relato del grumete, al poco tiempo fueron  descubiertos por un navío portugués y trasladados a la fortaleza de Malaca (actual Malasia), donde el marinero fue interrogado el 1 de junio de 1522 y donde un escribano tomó nota de su declaración. Este documento, que terminó en Lisboa, fue hallado por el historiador António Baiao en 1933 y traducido al portugués moderno. Pero los historiadores españoles desconocían por completo su existencia hasta que Mazón, que es director de la web rutaelcano.com, lo localizó en el Archivo Nacional Torre do Pombo, en Lisboa. El experto avisó de su hallazgo a los responsables del Archivo General de Indias (Sevilla), que lo han traducido por primera vez al castellano de la mano del archivero Braulio Vázquez Campos y de Cristóbal Bernal Chacón, experto en paleografía.
La declaración de Ayamonte contiene “un relato de la expedición de suma importancia por venir de uno de sus tripulantes, y por la cantidad y calidad de la información aportada”, explica Mazón. “La historia de la expedición no podrá ser contada ya sin tener presente este documento, en el que, por ejemplo, por vez primera conocemos que Juan Sebastián de Elcano hizo prevalecer su criterio para la elección del camino de vuelta frente a la postura de sus principales oficiales”,
Según confesó Ayamonte, la tripulación de la Victoria deseaba volver a España bordeando los territorios portugueses del Pacífico, pero Elcano se negó alegando que podían ser apresados y que los monzones no les serían propicios. Impuso su criterio con determinación. “Frente a la opinión general, se alejó de las costas porque entendió perfectamente el ciclo de los monzones, lo que permitió que diese la vuelta al mundo”.
El relato del grumete desvela, además, cómo en la batalla de Mactán, donde murió Fernando de Magallanes, los indígenas colocaron trampas con estacas para ensartar a los españoles. Igualmente, señala el lugar de procedencia de algunos tripulantes, como el capitán de la nao Santiago, Juan Serrano, que era extremeño, de Fregenal de la Sierra, o Juan de Cartagena, del que confirma que era burgalés.
“No sabemos qué pasó con el grumete”, explica Mazón. Solo se conocen las últimas palabras que han quedado registradas de él a preguntas del capitán portugués que lo interrogó, Jorge de Albuquerque: "Y la nao [Victoria], cuando partió de Timor [sin él ni Saldaña], daba a la bomba doce veces de día y doce veces de noche, y el maestre y el piloto, que eran griegos, quisieron venir por Malaca [territorio portugués], y el capitán [Elcano], que era vizcaíno [en realidad era guipuzcoano, nacido en Getaria], no quiso, y su intención de ellos era ir a las islas de Maldivas para corregir [arreglar] su nao, y de allí irían su camino para esas partes [España]. Y más no dice”. 

lunes, 4 de noviembre de 2019

La librería Al Kitab (Túnez) nació gracias a la primera mujer librera del mundo árabe | Literafricas

La librería Al Kitab (Túnez) nació gracias a la primera mujer librera del mundo árabe | Literafricas





La librería Al Kitab (Túnez) nació gracias a la primera mujer librera del mundo árabe

Librería Al Kitab. Fotografía: SFQ. Túnez, 2019
Referencia ineludible para los lectores tunecinos pero también para aquellos que están de paso por la capital de este país del Magreb. La librería Al Kitab, fundada en 1967 por una mujer, Lilia Tej Kabadou, quien está considerada como la primera mujer librera en el mundo árabe, es contemplada por muchos como un oasis de cultura o un monumento a las letras, “auténtico signo de resistencia y de libertad” (*).
La historia de Al Kitab nos habla de unos inicios en los que tuvieron que enfrentarse a los monopolios editoriales de la importación de libros o, después, a las mordazas dictatoriales. La hija de Kabadou, Selma, continuó en 1988 su labor haciendo de la librería un lugar emblemático, transcendiendo lo que es un mero sitio en el que comprar títulos para llegar a ser un espacio en el que intercambiar opiniones y poder respirar a través de los libros. Hasta que en 2004 abrieron otro punto de venta en La Marsa y cinco años después lanzaron su portal en internet.
Si los atentados de 2015 se cebaron con dos enclaves turísticos: el Museo del Bardo y una de las playas de Sousse, en 2018 el blanco fue el centro de la capital tunecina. La avenida Habib Bourguiba contempló cómo los establecimientos comerciales cerraban sus puertas tras el mismo, excepto la librería Al Kitab que permaneció abierta.
Hoy, dentro, se agolpan los volúmenes de narrativa, arte, ensayo, cómic o pensamiento. Tanto en árabe como en francés, pero también en inglés. El segundo piso al que se accede por una estrecha escalera, que asciende pegada a una pared tapizada de arriba abajo por libros, recoge las obras infantiles y juveniles y artículos de papelería.
La sección de literatura tunecina está llena de títulos. Uno de los empleados nos recomienda los más leídos y los más apreciados por la crítica.
Librería Al Kitab. Fotografía: SFQ
Selección libros en Al Kitab. Fotografía: SFQ. Túnez, 2019
Desde la novela histórica con Jugurtha de Rafic Darragi (Nirvana), pasando por las ficciones de Les lendemains d’hier o la premiada Le paradis des femmes, ambas de Ali Bécheur (Elyzad), el texto lleno de referencias literarias, artísticas y cinéfilas de Le bandit del periodista Taoufik Ben Brik o la autobiográfica Lella Kmar .
Tras pagar, los libros se introducen en bolsas con el nombre de la librería y el logo 7j/7 que identifica a aquellos comercios, que como Al Kitab, abren los 7 días de la semana. Es viernes y al anochecer, comprobamos que la librería ofrece, además, a pie de calle, un concierto de música en directo.
Muy cerca de esta famosa librería se encuentra otra también digna de ser conocida. Se trata de Clairefontaine. Allí preguntamos por la novela The Italian de Shukri al-Mabkhout quien logró en 2015 el IPAF (Booker árabe). La misma, escrita en origen en árabe, no ha sido traducida a francés, sí a inglés aunque no tienen ningún ejemplar disponible en ese momento.
A los títulos adquiridos en Al Kitab, añadimos dos más: Le corps de ma mère de la escritora y periodista Fawzia Zouari  y L’Amas ardent del joven escritor Yamen Manai. Ambos libros fueron galardonados con el “Premio de los cinco continentes de la Francofonía” en 2016 la primera y en 2017 el segundo.
A pesar de los nuevos nombres, la literatura tunecina es un desierto sin traducir, ya sea a castellano, gallego, catalán o euskera. De Mohamed Al Aroussi Al Matuie localizamos, en su día, Las moras amargas (Agencia española de cooperación internacional, 1996), ya imposible de encontrar. Y, comprobamos, que en 2006 se publicó Arenas funámbulas, una antología poética de Amina Saïd, por la editorial venezolana El Perro y la Rana.
Librería Al Kitab por la noche. Fotografía: SFQ. Túnez, 2019